INSEMINACIÓN

¿Cómo logra un ganadero criar con los testículos cortados de un toro bravo que se ha ganado la vida en la plaza y no ha sido indultado?


lunes 31 octubre, 2022

Un gran número de ganaderos busca, mediante la inseminación artificial, poder cubrir a una serie de vacas con un determinado toro bravo que no ha podido ser indultado en una plaza.

Conde Mayalde Toro
Astado de Conde de Mayalde de la pasada temporada, en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

El toro bravo tiene varias formas de ganarse la vida, de perpetuar su sangre en la ganadería y de convertirse en un referente en la misma. Una es mediante la prueba de la selección mediante el tentadero: ahí el ganadero, bajo unos criterios muy personales, decidirá si ese animal tiene las cualidades que busca para convertirse en semental. La otra opción es el indulto en una plaza de toros: ahí tiene voz y voto el ganadero, pero será el público el que decida si se le perdona la vida al animal o acaba muriendo en la plaza.

Otra vía es aquella que se da en ganaderías como Cuadri: allí no hacen la prueba de la selección para sacar sementales, sino que simplemente echan a la piara de vacas a un animal que por fenotipo y reata se ajusta a aquello que busca el ganadero. Fernando Cuadri siempre ha sido un firme defensor de una teoría: «Yo busco a un semental por lo que es capaz de darme, no por aquello que hiciera en la plaza».

Siempre se ha dicho que el indulto es un error del ganadero, y esto se debe a algo muy sencillo, los hombres de campo tienen que conocer su ganadería y evitar que animales de tales características acaben lidiándose en una plaza de toros. Por eso muchos de ellos buscan fórmulas para intentar minimizar sus posibles errores. Pese a todo hay multitud de ganaderos que piensan que es importante que los toros demuestren su bravura en la plaza, esto les dará un estatus diferente a la misma y con ello podrá optar a determinados carteles en las ferias de mayor importancia.

¿Por qué es un error? Porque ese animal de localizarlo, apartarlo y tentarlo podría empezar a cubrir de eral sin la necesidad de esperar a que sea cuatreño y poder llevarlo a una plaza. Por tiempo le ganas dos años de cubrición, asegurándote que va a ser semental. Por otra parte, llevándolo a la plaza no estaría garantizada la vida de ese animal por muchas cualidades que tuviese para su criador, quedándose en un premio menor las virtudes de ese astado.

Cuando hablamos de perdonarle la vida a un toro lo hacemos únicamente con animales excelsos, machos que vienen de reatas más que consolidadas, dándole la posibilidad a la ganadería de dar un salto cualitativo. Pero desde hace varios años, quizás décadas, todo esto ha sufrido un vuelco importante, el toro pese a morir en la plaza puede seguir padreando en una ganadería. Esto tiene que ver con la inseminación artificial, pudiendo perpetuarse la estirpe de un toro bravo pese a que este acabó muriendo en la arena de una plaza de toros.

Uno de los primeros ganaderos que empezó a usar este tipo de técnicas fue D. Álvaro Domecq y Díez. El criador gaditano, mediante el corte de los testículos de sus toros más importantes cuando ya estaban muertos tras ser lidiados, conseguía sacar las suficientes pajuelas para inseminar a las vacas que creyera oportuno. Todos los ganaderos saben que un toro que va a una plaza muere en la arena, de ahí que si alguno de los animales lidiados se ajusta a su parámetro de bravura su propietario pedirá que se corten los testículos del animal.

Victoriano Rio Juan Pedro Domecq
Toro de Victoriano Río en Las Ventas. © Plaza 1

De ahí que un gran número de ganaderos haya tomado buena nota de todo esto y busque, mediante la inseminación artificial, poder cubrir a una serie de vacas con un determinado animal. Para seguir manteniéndose en todo lo alto es necesario usar todas las armas posibles a su alcance, de ahí que esta fórmula ayude a muchos ganaderos a conservar líneas perdidas o perpetuar otras tras la lidia de determinados animales.

Victoriano del Río es sin duda uno de ellos. Un ganadero que el pasado 12 de octubre mandó cortar los testículos de ‘Jaceno’ y ‘Espiguita’, dos animales que, al parecer de sus ganaderos, tenían unas determinadas virtudes a potenciar y conservar en la ganadería madrileña. Al igual que estos dos toros, la familia del Río no ha dejado de realizar esta labor en muchos de los festejos que ha lidiado a lo largo de la temporada teniendo en casa infinidad de lineas y reatas a espera de ser inseminadas en las vacas que crean oportunas.