El campo bravo es aquel lugar donde todo aficionado quiere estar, un lugar mágico donde la crianza de este mítico animal se lleva a cabo bajo unos criterios muy definidos que luego se ven reflejado en el ruedo. Dentro de nuestra piel de toro se encuentran multitud de ganaderías, hierros bien diferenciados por su procedencia y selección, algo que el ganadero salvaguarda como oro en paño.
Dentro de nuestra cabaña brava existen ganaderías más ligadas al aficionado torista y otros al torerista, pro también hay muchas donde ese aficionado acude sin importarle el tipo de toro que se cría, simplemente gusta de conocer una determinado hierro para poder seguir su evolución por las distintas plazas de nuestra geografía. El apelativo torista o torerista viene dado para clasificar determinados hierros por el gusto de las figuras o del aficionado, no siendo consciente este último que caen en un error con este calificativo.
Una de las divisas con más predicamento por parte del aficionado es el gaditano de Cebaga Gago, una ganadería con personalidad propia que se ganó el respeto de todos por la selección llevada a cabo durante décadas. Esta ganadería con sangre Domecq y Núñez vía Jandilla, Torrestrella y Carlos Núñez. Una historia que empezó el 1 de enero de 1940 tras regresar de la guerra D. Salvador García Cebada a Paterna de la Rivera (Cádiz) y comenzar a trabajar con su tío D. José Cebada Gago
Una vacada que poco a poco se fue haciendo y ganando fama entre los aficionados. Todo comenzó con el cambio de un caballo por tres vacas de desecho y un semental para un par de años a Juan Belmonte. A raíz de ahí compra vacas de Carlos Núñez a las que le echa un semental adquirido con anterioridad, creando el hierro de Salvador García Cebada. Pasado un tiempo se retentaron las vacas que D. Salvador había comprado a Núñez, junto con los productos que habían nacido ya en la casa. Todo lo que no gustó se echó a las vacas mansas y con lo aprobado arrancó la ganadería.
Gracias a la proximidad con Torrestrella y su amistad con D. Álvaro Domecq compran juntos un lote de sesenta y tantas vacas a D. Juan Pedro Domecq y Díez que se reparten entre los dos, introduciendo así el encaste Jandilla en la ganadería, prestándose D. Álvaro -en años sucesivos- diferentes sementales de procedencia Nuñez.
Una ganadería que con los años ha ido escalando posiciones y cuidando con mimo una sangre única en el campo bravo. Sin duda una ganadería muy reconocible que ha visto como el aficionado siempre la ha tenido entre sus predilectas, siendo Francia una de las aficiones que siempre ha demandado este tipo de toro. Por todo ello, un grupo de aficionados visitaron en 2022 la finca ‘La Zorrera’ para conocer la camada de ese año y subir a sus redes sociales distintos vídeos de los toros, ya fuera grabado con cámaras o con drones, aparatos que captaron a estos animales desde el aire.
Las reacciones de los astados no se hicieron esperar, mostrándose curiosos ante un aparato que nunca habían visto. Los amigos de Torista de Francia quisieron rizar el rizo y no solo filmar los astados desde el cielo, buscaron el más difícil todavía cercándose a metros de los animales. En dichas imágenes los astados no se asustan del aparato, todo lo contrario, le aguantan la mirada sin salir despavoridos. Los Cebada Gago no extrañaron para nada unos aparatos que invadieron su cercado, la nobleza reinó por encima de todo, sin duda sorpresas que nos regala el campo bravo.