Hay faenas en el campo de vital importancia: una de ellas es el señalamiento o acrotalamiento de los becerros y becerras que nacen en un lote de vacas. Para hacer esta labor más rápida y menos engorrosa, el vaquero -en época de paridera- no pierde ni un instante a la piara de vacas. Sabe que muchas van a dar a luz y tienen que estar rápidos para identificar a ese nuevo miembro de la ganadería antes que coja fuerzas y sea muy complicado poder realizarle esta labor.
En cada casa ganadería se hace de una manera dependiendo del carácter de los animales y de la orografía de la finca. También hay que tener cuidado con las madres, si son primerizas o no, ya que algunas si notan que el becerro fue manoseado puede incluso llegar a repudiarlo. El campo bravo en muchos casos es muy duro, algo que únicamente saben aquellos que viven en éste.
En este vídeo vemos como el mayoral del hierro extremeño de Victorino Martín camina lentamente por el cercado hasta dar con el becerro que no está acrotalado. Es el momento de realizar esta faena, aprovechando para desparasitar al animal y ver si es macho o hembra para apuntarlo en el listado de nacimientos junto al número de crotal correspondiente. Todo lo hace sin bajarse del caballo, y para ello lanza una soga para agarrar al animal desde la pata, subiéndose a éste al caballo sin necesidad de bajarse a por él.
Una vez terminada la faena, el animal volverá junto a sus hermanos de camada, acudiendo la madre rápidamente en su búsqueda. Son faenas que hay que hacer con mucho mimo, sin violentar al animal ni llamar la atención de la madre, que pese a no estar con su becerro no le pierde de vista en ningún momento, acudiendo si es preciso al lugar donde se encuentra por si éste estuviera en peligro. El instinto de protección manda.
Es vital que esta faena se haga con el becerro recién nacido, ya que de pasar varios días el tamaño de animal y su fuerza hacen que sea muy complicado dar con él. Muchas veces se aprovecha para acrotalar al animal cuando está dormido tras tomar los calostros, por ello, a primera hora de la mañana el vaquero debe repasar el cercado de las madres y comprobar si alguna de las vacas ha dado a luz. En este caso, en casa de Victorino el vaquero anduvo rápido y muy hábil con un animal que ya estaba muy ‘espabilao’, algo que podía complicarle esta labor.