Valdemorillo es, desde hace unos años, la primera feria de envergadura de la temporada. En ella se anuncian festejos que bien podrían darse en cualquier feria del orbe taurino, pero esta localidad madrileña con casi 13.500 habitantes y una superficie de unos 93,68 km², también cuenta con varios festejos de carácter popular, encierros por sus calles que acaban desembocando en la propia plaza de toros.
El primer encierro tuvo lugar el pasado 4 de febrero y fue accidentado, ya que un hombre se libró de un percance que le podría haber costado caro. El «capote de San Blas» le salvó en un momento de gran compromiso para este mozo.
Según narraba la cuenta de Instagram de Arribestaurinas, «¡Los milagros existen! Un joven se libra milagrosamente de una cornada tras caer en un amago de montón en la entrada a la plaza de toros de Valdemorillo (Madrid). Caídas y sustos en el primer encierro con toros de Montalvo«.
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Según señalan desde Arribes taurinas, “este primer encierro se saldó con numerosas caídas y sustos. Uno de ellos tuvo lugar en la entrada de la plaza de toros al finalizar la recta del callejón. Tras caer al suelo quedaron a merced de los animales, tras levantarse, uno de ellos vio como el pitón del toro le rozaba el glúteo y la pierna. Afortunadamente, sin llegar a penetrar en la piel el pitón de dicho animal”.
Correr en los encierros no es una tarea exenta de riesgos. De hecho, cada año dejan un gran número de heridos por asta de toro de mayor o menor consideración, entre los que se encuentran los traumatismos serios, y leves, golpes, erosiones, o contusiones. El toro bravo no es un animal doméstico, de ahí que todos los que vayan a correr este tipo de encierros tienen que ser conscientes del riego que entraña.
Los de José Vázquez para esta tarde en Valdemorillo, a la conclusión del encierro matinal pic.twitter.com/4QmJSzKvH6
— La Economía del Toro (@economiadeltoro) February 5, 2023