Para comenzar esta historia debemos remontarnos a principios de la década de los 50, cuando Salvador Noguera le vendió al Excmo. Sr. Marqués de Domecq una vacada de gran abolengo en el campo bravo. Un hierro que había sido formada en 1918 por Antonio García Pedrajas y que en años sucesivos perteneció nada más y nada menos que a Ramón Mora-Figueroa Ferrer, hijo de Francisca Ferrer, marquesa viuda de Tamarón.
Junto a su hermano Jaime Mora-Figueroa Ferrer y después de haber comprado esta ganadería con la intención de rehacer el hierro que su madre vendió en 1920 al Conde de la Corte, compran a éste una partida de reses y las unen a las ya adquiridas de Francisco García Natera (Pedrajas). Volvieron a marcar sus reses con el hierro del Marqués de Tamarón y a usar la divisa azul y amarilla, que es la que durante tantos años ha lucido el Marqués de Domecq. Ya en manos de Pedro Domecq Rivero, Excmo. Sr. Marqués de Domecq, ese mismo año la cruza con reses de la ganadería de los “Hijos de Juan Pedro Domecq”, lidiándose desde 1955 como Ganadería Marqués de Domecq.
Pedro Domecq Rivero tuvo varios hijos que se dedicaron directamente a la cría de ganado bravo; de todos ellos destacaron Fernando, Gonzalo y Juan Pedro Domecq López de Carrizosa. El primero de ellos se hizo cargo de la divisa familiar a la muerte de su padre junto a sus hermanos, quedándose como único propietario años después. En 1996, por división familiar, se forma la ganadería de Martelilla al amparo del artículo 6º de los Estatutos, con la mitad del total de las reses de Marqués de Domecq, y es en 1999 cuando esta última se vuelve a dividir creándose el hierro de Casa de los Toreros.
Marqués de Domecq y Martelilla, dos ganaderías legendarias que ya no cohabitan juntas en la ‘Ruta del Toro’
Ambas procedencias, unidas en una única ganadería, dieron lugar a la formación de un encaste propio, con unas particularidades que lo distinguen del resto de ganaderías procedentes exclusivamente de la de los hermanos Domecq Díez. Por lo tanto, esa rama Pedrajas le ha dado un sello inconfundible a un tipo de toro que ya no se cría en la finca familiar en Jerez de la Frontera tras las sucesivas ventas realizadas hace más de diez años. Esas ventas sumadas al vacío sanitario obligaron a eliminar el resto de animales que quedaban en la finca
Desde hace años ya no queda en esta finca ese ganado que el abuelo de los actuales propietarios creara en 1951, la totalidad de las reses fueron progresivamente vendidas hace varios lustros. En 2011 Fernando Domecq López de Carrizosa, propietario de la ganadería del Marqués de Domecq vendió a Ángel Teruel la mitad de la ganadería jerezana, comprando un año después Daniel Ramos buena parte del resto de animales que aún había en la finca. Posteriormente sería el ganadero alcarreño Álvaro Polo el que adquirió una serie de animales para su nuevo proyecto ganadero.
Pero esta no fue la última venta: antes, su hermano Gonzalo Domecq López de Carrizosa ya vendió ganado al propio Daniel Ramos con el hierro de Martelilla. Otra gran parte de aquello que le quedaba fue a parar a manos de Manuel de la Fuente, propietario de la ganadería de Dolores Rufino Martín, así como un último porcentaje que fue a parar a manos de otros ganaderos que fueron adquiriendo lo poco que quedaba de esa sangre. En 2015, Francisco Javier López Rubio adquirió el nombre y los derechos del hierro y la divisa de Martelilla para formar una nueva vacada en Portugal.
Juan Pedro y Lourdes Domecq Bohórquez, un nuevo eslabón familiar en un proyecto en ciernes
En 2014, quince años después de la creación de la vacada, la titularidad de la ganadería Casa de los Toreros pasa a ser en exclusiva de Juan Pedro Domecq López de Carrizosa y de sus hijos Juan Pedro y Lourdes Domecq Bohórquez, los cuales adquieren un lote de vacas y eralas de Fuente Rey, que a su vez estaba formada con vacas y sementales de Santiago Domecq Bohórquez. En años venideros se añadiría también ganado del hierro de Núñez del Cuvillo para acabar de cerrar la ganadería. Curiosamente, un ganadero con el mismo nombre que el mítico criador está luchando por alzarse como hierro fundamental en las principales Ferias.
El de Casa de los Toreros es un hierro que actualmente anda dando pasos cortos, pero firmes de cara a la consolidación de un proyecto que tiene una gran simiente detrás. Sin ir más lejos, el pasado año lidiaron varios animales durante la temporada que dieron un juego importante. Novilladas con y sin caballos que sirvieron para ver la evolución de la ganadería. Una prueba que reafirmaba el buen momento que vive esta divisa jerezana.
También lidió un importante animal, la Monumental plaza de toros de Las Ventas, un astado que propició el triunfo de Diego García el pasado 1 de mayo, fecha en la que se lidió ‘Desbrozador’, un animal de gran obediencia y ritmo que salió como segundo sobrero y posibilitó el triunfo del novillero de San Sebastián de los Reyes. Como premio a su interesante temporada, lidiará una novillada en el coso venteño el 7 de mayo en un cartel conformado por Solalito, Niño de las Monjas y Luis Pasero, amén de tener novilladas reseñadas para otras plazas y varios sobreros para lidiarse el resto del año en esta plaza.