La editorial cordobesa El Paseíllo anuncia para el próximo mes de abril la llegada a las librerías de “Capas de olvido. Desde las playas de California a las profundidades del toreo”, obra del escritor, pintor, escultor, fotógrafo, poeta y matador de toros Robert Ryan, que cuenta con una introducción del periodista Paco Aguado.
Al atractivo que suscita un personaje de la dimensión poliédrica de Ryan se suma que el prólogo lo firma nada menos que José Tomás, quien de esta manera rompe (por escrito) su silencio.
El Paseíllo, sello taurino hermano pequeño de la muy consolidada El Paseo que ofrece un amplio y variado catálogo, entre el que destaca un best seller como “Joselito el Gallo, rey de los toreros”, del antes citado Paco Aguado, se presentó en público hace apenas tres meses y lo hizo con tres libros de una tacada: “El Cordobés y el milagro del pop”, de Fernando González Viñas ( al frente de la editorial, junto a David González Romero); “La música cantada del toreo”, de Eduardo Osborne” y “Ya nadie dice la verdad”, de Zabala de la Serna con fotografías de José Aymá. A ello se añade ahora el de Robert Ryan (y muy posiblemente otro aún por desvelar).
En tiempo como estos, una apuesta de tal calibre por la literatura taurina merece atención y reconocimiento que se engrandecen una vez leídas (gozadas) las tres obras ya disponibles. Como explicaba el propio González Viñas (editor, historiador, traductor, ilustrador, escritor…que vive entre Córdoba y Tokio) en la presentación de El Paseillo. “Lo hacemos porque es un riesgo, y solo donde arriesgas merece la pena estar” y apostillaba: “O quizá porque estamos muy locos”.
Y en cuanto al diseño, decía: “Hay otro modo de presentar la literatura taurina en un momento en que parece asociada a algo que se ha quedado atrás y queremos hacerlo como una modernidad absoluta y una reivindicación de valores”.
“Capas de Olvido” llegará a las librerías el Lunes de Pascua y promete seguir esa línea editorial, entre otras cosas porque la singularidad de Robert Ryan, su peripecia personal y artística lo propician.
Nacido en Los Ángeles en 1944, vio su primera corrida en Tijuana. En ella toreaba Pepe Ortiz y de él aprendió los fundamentos del toreo y con apenas quince años ya se anunciaba en las plazas mexicanas. En 1966 se presentó en La México y viajó a España donde , para sortear la prohibición a los mexicanos de torear cuando se rompió en convenio, se anunciaba como Luis Miguel Sandino y lo apoderó Manolo Lozano. Un año después tomó la alternativa en Tijuana y en 1972 toreó varios festejos en España, pero una grave cornada en Vista Alegre le impidió la confirmación en Las Ventas.
Dejó los ruedos y se volcó en otras manifestaciones artísticas, con exposiciones pictóricas en distintos países y publicación de títulos como “Vestigios de sangre”, “El Tercio de Muerte” o “Figuras del siglo XX”. En 2014 y 2016, por encargo de la Comunidad de Madrid fue el autor del cartel anunciador de la Corrida de Beneficencia.
Pero- decíamos- al interés por la nueva obra de Ryan se le suma la firma de José Tomás en el prólogo.
Hay un antecedente literario que lleva la firma de José Tomás. En 2013 se publicó “Diálogo con Navegante” y en el estaban además Luis Abril, Paco Aguado, Araceli Guillaume, Agustín Morales, Natala Radetich, Zabala de la Serna y François Zumbiehl.
En realidad no era un texto ad hoc del maestro para ese libro coral de reflexiones sobre el torero al que la cornada del toro Navegante en Aguascalientes le puso en la antesala de la muerte, de la que escapó en volandas de las manos de los médicos y la generosidad de las gentes, que dieron su sangre para reponer la que perdió por el boquete de la herida. El texto reproducía la intervención del propio José Tomás en el acto en que recogió el Premio Paquiro 2012.
El “Diálogo con Navegante” que leyó el torero y se reproduce en el libro del mismo título eran unas conversaciones entre toro y torero días después de despertar de la cornada que pudo ser fatídica, reflexiones en las que el torero asume el tributo de la sangre derramada, agradece a los toros lo que le habían dado y se crece en la lucha no solo para recuperarse “ y volver a sentiros cerca”.
Fue esa la ocasión. y así lo transcribe el libro, en que José Tomás sentenció: “vivir sin torear no es vivir”.
Desde entonces José Tomás ha seguido toreando (menos de lo que muchos deseamos y seguramente más de lo que algunos quisieran- y , por tanto, viviendo.
Llega el libro de Robert Ryan y, en él, también la firma de José Tomás.
Será en Resurrección, no hay mejor fecha.