Hete aquí que en el último plenario (queda otro pero meramente administrativo) del Ayuntamiento de Barcelona antes de las elecciones municipales del 28 de mayo se volvió a hablar de toros en una ciudad que los tiene proscritos desde 2012. El Grupo Municipal de Ciudadanos (tres concejales) presentó una propuesta para que Barcelona vuelva a tener toros, empezando por las próximas fiestas de la Mercè, en septiembre. Un brindis al sol, pues el resultado de la votación estaba más cantado que la moción de censura de Tamames.
Como si lo que dijo ayer Agustín Díaz Yanes en La Ser al respecto de la manipulación sectaria y oportunista de la tauromaquia por unos y otros se hubiera colado de rondón en la Casa Consistorial barcelonesa, el portavoz del partido naranja tiró de los argumentos habituales, sin olvidar por supuesto la mención a los nombres ilustres de la cultura, para defender la tradición taurina catalana y, claro, que la prohibición del Parlament quedó sin efecto por resolución del Tribunal Constitucional. Para rebatirle tomaron la palabra los portavoces del ERC, JuntsxCat y En Comú Podem (el del PSC, como el Ebro al pasar por El Pilar, guardó silencio) también con su retórica de derechos animales, sangre ( alucinante mención al destripamiento del caballo de picar incluida) y progreso de la humanidad.
Barcelona ha sido, es y será taurina. Todo el apoyo a la Escuela Taurina de Catalunya y a sus alumnos que torearán el próximo 16 de abril una novillada en Vinaròs. pic.twitter.com/yJvYxsC2Zx
— Marilén Barceló (@MarilenBarcelo) March 31, 2023
Votaron a favor los mencionados tres concejales de Cs, los dos del PP, la única de Valents y la no adscrita Marilén Barceló, que fue en la lista de Manuel Valls, antes de que este diera la espantá y regresara a París. El resto, treinta y tres, lo hicieron en contra. Sin sorpresas.
Marilén Barceló, hija del matador de toros Luis Barceló, pasó de Ciudadanos a la lista de Valls y ahora se ha quedado solita y tuvo un papel relevante en el periodo de la discusión parlamentaria previa a la votación que dio paso a la prohibición y paseó su bien construido discurso taurino por distintos foros de la geografía española. También en la campaña electora que la llevó a Ayuntamiento. Pero fue llegar a su destino y empezar a hacer mutis por el foro, hasta el silencio total, roto hace unas semanas ¡oh casualidad! en un acto en la Casa de Andalucía en Barcelona, junto a Serafín Marín, olvidado de todos. Su intervención de hoy apoyando la propuesta de Cs y- con buen tino- mencionando a la Escuela Taurina de Catalunya y el festejo con alumnos de esta en Vinaroz el próximo 16 de abril, supone su “vuelta a los ruedos”. Nunca es tarde. O sí.
El regreso de los toros a Barcelona no depende solo de que el Ayuntamiento (y la Generalitat) den su visto bueno sino y muy fundamentalmente de que el dueño de la Monumental, Pedro Balañá Mombrú les ponga en el brete.
Y eso, como él mismo dijo a quien esto firma en enero de 2017, “de momento, no”.