Hay plazas que marcan la carrera de un torero hasta el punto de que sus destinos jamás vuelvan a separarse. A Alejandro Talavante lo atrapó el albero del Baratillo cuando soñó despierto aquel natural que todavía está pegando, a un toro de Núñez del Cuvillo y vestido de barquillo y oro. Actuaciones ha habido muchas más, claro que sí. Pero aquel instante es de los que van escribiendo la historia del toreo.
«Yo vivo en Badajoz y me gusta vivir allí, con mi gente de toda la vida», asegura Alejandro, «pero hay mucha gente que me dice que Sevilla es la ciudad donde debo vivir. Y me lo he llegado a plantear, pero luego me da pena y me quedo con los míos», explica el torero, cuya actuación en la Feria de abril de este año es fundamental no sólo para la plaza; también para su propia carrera, que se resquebrajó un poco con su paso por Madrid en la Feria de Otoño.
«Me impresionó mucho lo grande que era el ruedo la primera vez que lo pisé», desvela Alejandro, que recuerda aquellos primeros momentos en el albero maestrante. «Yo no había visto más que una corrida de toros en Sevilla antes de presentarme allí, y tenía la plaza endiosada. De hecho, creo que esta plaza tiene la virtud de hacer que recuerdes las cosas que has sentido aquí siempre, por lo que es casi como si cada vez que la pisas lo sientieses por primera vez».
La responsabilidad que se siente en Sevilla te la transmiten los más veteranos, según Talavante, que recuerda que le explicaban que Sevilla «imponía incluso más que Madrid. Por eso estás en tensión desde que llegas y en todos los lances de la lidia, porque no te quieres perder nada de lo que allí pase». Ni tampoco que el que paga una entrada se pierda un detalle tuyo. «Particularmente puedo decir que esta plaza, casi desde mi debut, me ha acogido casi como un torero suyo y eso es un privilegio del que no muchos podemos presumir», explica el pacense.
De hecho, alcanzar la Puerta del Príncipe es una sensación que él distigue mucho de abrir la Puerta Grande de Madrid. «La Puerta del Príncipe es muy emocionante para todos lops toreros; es la medalla que todos queremos», reconoce emocionado. «Madrid es muy emocionante, sí, y te hace sentir muy bien. Pero esta te da mucha categoría. El sello que te pone Sevilla, no sólo para el gran público, sino para los profesionales que nos dedicamos a esto, es muy importante».
