CAMPO BRAVO

La cura de urgencia que el mayoral de Domínguez Camacho tuvo que hacer a un toro tras una pelea con otro por las hembras


sábado 3 junio, 2023

La rápida actuación de los vaqueros evitó que la pelea acabara con uno de los animales muertos en el cercado tras un cara a cara por el poder.

Toro Cura
Un toro en una imagen de archivo y, a la derecha, la cura. © Pablo Ramos

El programa Toros para Todos visitó hace un año la divisa onubense de Domínguez Camacho para conocer de primera mano cómo se realizan las distintas faenas de campo en esta casa. En esta ocasión se trata de curar a uno de los animales más importantes de la camada —por sus hechuras y reata— tras una disputa con sus hermanos por el cetro de cerrado donde conviven.  Una labor para la que se requería de la pericia del mayoral, los vaqueros y hasta del propio ganadero.

Se trata del animal n.º 12, un astado al que se le ha visto un bulto en el cuello debido a un fuerte golpe por parte de uno de sus hermanos. Al estar enfundado el pitón no ha calado, pero sí ha podido provocar una cornada interna debido al fuerte golpe. Los toros están muy calientes, tras la comida se sienten fuertes y comienzan las peleas, de ahí que el vaquero y el mayoral quieran correr los toros para calmarlos.

El objetivo es llevarlos hasta los corrales y una vez allí separar al toro que hay que curar. El cambio de tiempo, la entrada de nuevos hermanos en el cercado, el olor a vaca en los corrales cercanos… todo influye para que se encienda la mecha. El problema no radica tanto en un enfrentamiento uno contra otro, ya que gracias a las fundas no hay cornadas, pero sí puede haber rotura de huesos o hernias cuando el golpe es certero. Dicho problema viene cuando entra un tercero en discordia que siempre ataca por la espalda para desestabilizar el líder; ahí es cuando el enfrentamiento se pone serio de verdad.

Una vez en los corrales se tranquiliza gracias a la presencia de varios becerros recién herrados, algo que hace que el animal se sienta amparado y no busque pelea. Una vez que el toro se encuentra sin la compañía de sus hermanos, es el momento de inyectarle el antibiótico. «El toro ha sufrido una infección por una cornada ciega, es decir, que no tiene abertura. Seguramente lo que tenga dentro sea pus, por eso para quitar esa infección se utiliza este método» comentaba su ganadero.

Tras finalizar esta importante esta labor, el toro se mete en el cajón para revisarlo más a fondo. Ahí es el momento para abrir al animal y que salga todo ese pus que tenía dentro debido a ese fuerte golpe. Una vez intervenido el animal es llevado a una cerca junto a los corrales para recuperarse de esa anestesia, pasadas unas horas se le llevará junto a sus hermanos para evitar que estos al verlo débil quieras ir otra vez a por él.