CAMPO BRAVO

Mayorales eternos: así es Manuel García, que se despidió tras 56 años trabajando en Miura


domingo 28 mayo, 2023

Los miembros de programa Toros para Todos realizaron un precioso reportaje a Manuel García, tercera generación de mayorales de Miura, quien ocupó este puesto durante más de 20 años, siendo considerado uno de los conocedores más importantes del campo bravo.

Miura Mayoral Hierro
El mayoral de Miura y un toro del legendario hierro. © José Joaquín Diago

Si hay alguien que es el auténtico guardián de la bravura, ese es el mayoral. Una figura que, por suerte, se está volviendo a recuperar en el campo bravo gracias a la gran labor realizada por UMAVACAM, tras unos años donde pocos aguantaban la dureza del campo, existiendo el caso en algunas ganaderías de la ausencia de estos. Recayendo dichas labores en el propio ganadero. Ahora esta figura se vuelve a convertir en indispensable para el buen funcionamiento de una ganadería brava, esa donde se necesita a gente con ganas de trabajar, que conozca el oficio y que sepa bregar con los animales.

Hoy queremos centrarnos en la historia de un mayoral que vivió junto al toro toda su vida, un hombre de campo que dignificó su profesión gracias a su amor y respeto a este animal en casa de Miura. Nos referimos a Manuel García, conocedor —así le gustaba que le llamaran— de la legendaria divisa sevillana, el cual se jubiló en 2019 tras más de 55 años trabajando y viviendo en la mítica finca sevillana de Zahariche.

La tradición en Zahariche siempre estuvo por encima de cualquier moda. Aquí el caballo y los bueyes son indispensables para realizar las distintas faenas de campo. Una casa donde por la extensión de las fincas y el número de cabezas se requería de bastante personal, un trabajo que también hacían y hacen unos ganaderos que son verdaderos apasionados tanto del campo bravo como del tipo de toro que crían.

Manuel García entró en la casa Miura en 1963, primero con labores menos pesadas y dificultosas, para dos años después empezar a trabajar con el ganado bravo. Tras varios lustros como vaquero le llegó la oportunidad de ascender a mayoral en 1998. Una casa donde cada empleado tiene su sitio: el vaquero anda únicamente con los lotes de vacas, mientras que los caballistas están para ayudar al mayoral con los machos y al vaquero si surge algún problema o hay que llevar a cabo una labor compleja como destete, saneamiento o señalamiento de becerros.

Conociendo el adiós de Manuel, Enrique Romero y todo su equipo se fueron hasta tierras de Lora del Río para hablar con un hombre que decía adiós al trabajo de toda una vida. «Esto es muy duro, pero por edad no puedo seguir enfrentándome al toro bravo. Así es la vida, aunque yo pienso seguir aquí, no trabajando, pero si pienso continuar viniendo porque es mi vida». Manuel no entiende la vida sin el toro: «Si yo algún día subo la cuesta de la entrada y no veo toros, se me acabaría el mundo, me faltaría un gran trozo de mi vida, yo creo que no lo podría soportar».

Manuel también es padre de familia, pero no duda en destacar que su vida es el toro bravo y su casa Zahariche. «Yo nací aquí. Llevo trabajando en esta casa desde 1965 y mayoral desde 1998. Los ganaderos Eduardo y Antonio Miura no son mis jefes, son mi familia. Esta casa es una familia. Yo no entiendo la vida sin el toro«, comentaba visiblemente emocionado uno de los conocedores más importantes del campo bravo que da paso a una nueva generación de hombres de campo en esta legendaria casa ganadera.