Ya los toros no pasan por El Batán, pero en los corrales de Las Ventas, cuando se anuncian las figuras, todo se pone más estricto. Por eso, desde “Las Salinas de Hortales”, finca donde pastan los toros de Lola Domecq, se han tenido que hacer varios viajes hasta Madrid.
A estas alturas, ya los ganaderos prefieren no opinar sobre un tema que, semana a semana, se ha tratado en esta sección. Y con razón. Pues, al final, nada ha cambiado y lo que digan no sólo, no servirá para mejorar sus condiciones, sino que, además, puede traerles consecuencias negativas.
Para hablar de la corrida de hoy hemos contactado con Manuel Serván, mayoral del hierro de Toros de El Torero, quien nos contó que «la corrida estaba muy entipada y preparada. Pero ya sabes que en Madrid puede pasar cualquier cosa. Pensamos que era la mejor corrida que podíamos enviar para Las Ventas y nos rechazaron un par de toros. Hemos tenido que enviar algunos más, para poder lidiar la corrida completa».
Sobra la posibilidad de haber visto los toros en El Batán, Manuel desconocía si se pidió o no que los Toros de El Torero. Sea como fuere, ahora mismo, el argumento de la empresa de llevar el 50% de las ganaderías a lidiar en la feria a los corrales de la Casa de Campo, se cae por su propio peso, pues sólo nueve de los 23 encierros reseñados han pagado ese peaje.
Lo que sí nos pudo contar el mayoral del hierro gaditano es que, a falta de conocer los toros que llegarán a ser sorteados para Uceda Leal, Morante de la Puebla y Sebastián Castella, los toros enviados a Las Ventas «tienen el trapío que Madrid exige, van mitad cuatreños y mitad cinqueños, están abiertos de sementales y, si las notas no fallan, deberían dar un buen espectáculo».