Los animales, como las personas, sufren cambios físicos conforme van sumando años. Esos cambios que hacen que su cornamenta vaya aumentando con el paso de los años y que su pelaje empiece a tornarse más cárdeno. El toro bravo, al igual que el hombre, va sufriendo achaques con la edad, es decir, van surgiendo problemas de salud, empiezan a dolores los huesos, cuesta más aguantar determinadas actividades físicas…
Todo ello hace que nos resintamos ante los esfuerzos, algo que en el caso de los toros es más notorio a la hora de cubrir un determinado número de vacas. Conforme el semental aumenta, su edad tiende a cubrir un número de vacas menor, bajando —en muchos casos— también la calidad del semen. Por todo ello, el ganadero cuando va notando estos síntomas reduce el hato de hembras o introduce un semental más joven que repase las vacas que aún quedan vacías.
En redes sociales se ha podido ver el cambio físico que ha dado ‘Cobradiezmos’ en todos estos años, un animal al que se le nota la edad, teniendo un pelo aún más claro, una vuelta más del pitón y una mirada, un pelín más viejuna. Un semental que pese a todo lo que se ha dicho sigue cubriendo vacas con total normalidad, un raceador que continúa al pie del cañón en una casa ganadera donde sus productos están dejando muy satisfecho a su criador.
Un ejemplar herrado con el número 37 y con el guarismo 2 en la paletilla, es decir, un astado que nació en diciembre del 2011 al ir el año ganadero desde el 1 de julio hasta el 30 de junio del año siguiente. Se le ve aún sano y fuerte a un animal, estando en una edad ideal para seguir cubriendo vacas. Este es el octavo año que está junto a las hembras, habiendo dejado un número importante de hijas que actualmente son madres de la ganadería de Victorino Martín.
Ya se le nota la edad al gran Cobradiezmos
2016 // 2023 pic.twitter.com/o9y6DAHC4q— ⚽️ (@DobleOO_) June 14, 2023
La edad puede variar en función de animal, pero en plenas facultades hasta los 15-17 años. Este tipo de animales tiene un gran peso en la ganadería, de ahí que esté muy exigido durante los meses de cubrición. Por todo ello hay que tener especial cuidado a la hora de no exigir a un semental algo que no puede dar. En cada casa es un mundo, como se suele decir: “Cada maestrillo tiene su librillo”.
Uno de los ganaderos más refutados sobre este tema es Javier Núñez, un hombre que lleva toda la vida junto al toro y que nos explica como darle su sitio a esos sementales que ya tienen una edad: “Yo echo los sementales más viejos por delante, y a mitad del año de cubrición los retiro, espero quince días, y a continuación meto con esas vacas un hijo suyo. De esa forma van por delante los más contrastados y luego los repasas con toros más jóvenes. Con esto lo que haces es que si los sementales nuevos no dan del todo bien, el número de vacas preñadas sea menor”.
Un dato innegable es que la evolución de la ganadería la van marcando esas vacas que el ganadero va a probando en la selección de la tienta y esos sementales que se ganan la vida en el ruedo de una plaza de toros o en sin salir de la finca. Por eso es tan importante el indulto: “El incremento de número de toros indultados es consecuencia de la mejora notable de las ganaderías, sin lugar a dudas. Ahora embisten más toros que hace 10-15 años. El indulto es una forma que tiene el público de participar en la selección de la ganadería” comentó en su día el propio Javier Núñez, ganadero de La Palmosilla