Hay historias dentro del toreo que llevan tras de sí mucha dureza detrás de sus carreras, y una de ellas es la del joven albaceteño José Fernando Molina, que tendrá su día soñado en la plaza de toros de Las Ventas el próximo 16 de julio, tarde en la que confirmará su alternativa al lado del sevillano Borja Jiménez y del madrileño Francisco José Espada con toros del hierro Francés de Robert Margé.
La vida de los toreros o novilleros no es siempre un camino de rosas. Muchos de ellos se ven obligados a tener un trabajo paralelo para poder seguir con el sueño de serlo. Desde Alberto Lamelas, que compagina el taxi con su profesión de matador de toros a otros compañeros que trabajan durante el invierno vareando olivos o en la construcción.
El pasado año, en el programa El Toril de Onda Madrid, Javier Fernández-Mardomingo y Gonzalo Izquierdo Bienvenida entrevistaron al entonces novillero manchego -tomó la alternativa en la plaza de su tierra, Albacete, durante la pasada Feria de los Llanos-.
Ese mismo día salió a hombros de Las Ventas
José Fernando Molina, que ese mismo día salió a hombros de Las Ventas, contó que su carrera como novillero la compagina con un trabajo para poder pagar sus trastos de torear y arreglos. El trabajo consiste en instalar toldos de una carpintería metálica por Albacete.
Una historia emotiva en la que dejó claro que su pasión por el toreo es tal que se sacrifica a diario compaginando trabajo y entrenamientos. Ese sacrificio se vio recompensado el pasado domingo al abrir la Puerta Grande de la primera plaza del mundo.
Molina representa a ese número de toreros jóvenes que, pese a las vicisitudes de la vida, no le dan la espalda a la realidad y tiran hacia adelante para alcanzar ese objetivo que se propusieron. Tras este triunfo, las puertas de las ferias de novilladas deben abrírsele de par en par, así como la de plazas en las que estos festejos tengan su hueco.
Este joven espada albaceteño disfrutó el triunfo del pasado año en Las Ventas, siendo consciente que a las 7 de la mañana tenía que estar al pie del cañón en el montaje de toldos, una vida que para nada es fácil y que hasta que no se asiente en las ferias y la profesión de torero le dé para vivir no dejará de compaginarla.