Una vez cerrado el capítulo de San Isidro y la corrida homenaje a ‘El Yiyo’ en Las Ventas el pasado 11 de junio, muchos aficionados fueron los que quisieron conocer la opinión al respecto de uno de los apoderados más influyentes del toreo. Se trataba de Roberto Domínguez, mentor durante 11 años de Julián López, ‘El Juli’, y desde 2020 del peruano Andrés Roca Rey, un torero que cerró su comparecencia en la primavera venteña con el corte de una oreja.
Tres tardes donde la exigencia volvió a ser máxima con un torero que, pese a los triunfos cosechados años atrás, no le acaba de entrar por el ojo al sector más exigente de la plaza. Por todo ello, se le midió con lupa a un espada que no acabó de sentirse cómodo ninguna de las tres tardes en las que toreó. Pero la polémica, que aún colea, vino por una serie de hechos acaecidos el pasado domingo 11 de junio en Las Ventas.
«Lo del domingo es un punto de inflexión»
Por ello le preguntaron en el programa Clarín de RNE a un apoderado que no quiso dejar pasar la oportunidad de hablar sobre un determinado sector de la plaza que condiciona, en cierto modo, el devenir del espectáculo. Un tendido que siempre se caracterizó por la exigencia, pero que muchas veces se torna en intransigencia, como cuenta Roberto Domínguez: «Lo del domingo es un punto de inflexión. Madrid siempre ha sido muy duro con las figuras del toreo, pero esa exigencia cuando es intransigencia e intención de querer destruir el espectáculo…».
«Hay una mayoría silenciosa en Madrid que está cansada«, comentaba a la hora de valorar a una gran parte de la plaza que decidió callar a un sector que increpó a Andrés en una fase clave de la faena. Todo vino a raíz de un feo gesto por parte del peruano que encendió la corta mecha del tendido 7. Ahí se desató el huracán que le daría notoriedad a una faena que, sin ese revuelo previo al volteretón, no hubiera llevado a la masa a la petición de oreja.
«Doy la enhorabuena a Madrid porque el 95% de los aficionados que estaban se pusieron de pie haciendo callar a esa minoría»
Sobre este tema, Roberto también quiso dar su opinión: «Doy la enhorabuena a Madrid porque el 95% de los aficionados que estaban se pusieron de pie haciendo callar a esa minoría que tarde tras tarde les agua la fiesta”. Unas declaraciones que no hacían, sino apoyar y fortalecer la figura de su poderdante, ese por el que sacó la cara en una tarde donde unos y otros no estuvieron para nada afortunados.
«Por primera vez, un torero se pone por montera la exigencia y hace recapacitar a la mayoría de los espectadores que se cansan, que es la mayoría silenciosa que salen de los toros diciendo que aquí no hay quien venga«, exponía el mentor del peruano en la entrevista concedida a Clarín.
«Ayer -por el sábado- tuve la oportunidad de ir a la corrida de toros de Beneficencia y los espectadores de al lado del tendido donde yo me encontraba decían que esto era inaguantable, que yo no me divertía aquí, que me coartaban la posibilidad de emocionarme con lo que yo vengo a ver y por lo que pago. Yo entiendo que las personas tengan su voz, pero la mayoría es la que mandan y no un puñado de personas reventadoras, extremistas e incluso insultantes«, señalaba.
«No nos hemos planteado dejar de venir a Madrid» este año
Tras conocer al detalle todo este tema, se le preguntó si se había tomado alguna determinación al respecto de volver a Madrid este año: «No nos hemos planteado dejar de venir a Madrid. Todo lo contrario. Andrés está orgullosísimo de lo que está consiguiendo, agradecido a más del 90% de personas que lo vieron el otro día«.
Un Roberto Domínguez que valoró de la siguiente forma el paso de Andrés este año por Las Ventas: «Hay que tener en cuenta lo que uno tiene. El primer día, con la corrida de toros de La Quinta, sus toros no tenían esa viveza que necesitan para que su toreo fluya. Molestó muchísimo el viento y quizá en esa ocasión en su ánimo le afectó mucho la negación de la actividad que había en cierto sector de la plaza. Intentó hacer las cosas como mejor puede, pero tampoco convenían esos alardes de cercanía o de distancia que el público está acostumbrado a verle».
«El último día, en la corrida de toros de Victoriano, que fue muy dura y con unas complicaciones muy importantes, ya que le dieron coladas que venían directamente al pecho, si no lo quieren ver profesionalmente no lo voy a discutir. Esa negatividad de la facilidad del toro, en la que la repetición de la embestida hace callar a esas voces, o cuando se repiten con una violencia y una forma de embestir ceñido al toreo, dan más emoción«, acababa comentando el matador de toros vallisoletano y apoderado de Roca Rey.