Diego Urdiales, Alejandro Talavante y Juan Ortega trenzaban el paseíllo en la tarde de este martes dentro de la tercera de la Feria de San Pedro y San Pablo de Burgos. Se lidiaba un encierro de Antonio Bañuelos.
Urdiales hace lo que puede con el imposible primero
El primer toro de la tarde de la divisa burgalesa de Antonio Bañuelos de nombre «Zángano» fue un astado negro herrado con el número 6, de bonitas hechuras, que correspondió al torero riojano Diego Urdiales. Lo paro estirándose a la verónica de inicio, y tras un único puyazo y la suerte de banderillas, tomó la muleta y comenzó una faena en la poco pudo hacer ante un toro que nunca quiso ir hacia delante y con el que abrevió. En la primera tanda ya el toro se rajó a tablas. La estocada arriba acabo rápida con el animal. División de opiniones para Diego Urdiales y pitos para el toro en el arrastre.
Talavante corta la oreja del enclasado segundo
El segundo de la tarde de Antonio Bañuelos fue un toro negro mulato herrado con el número 31 de nombre «Galope» y de 480 kg . Recibió Talavante al toro con dos faroles echándose el capote a la espalda y templó seguidamente la embestida de su oponente a la verónica. El toro mostró justeza de fuerza y aún así se le pegó poco en el caballo. El quite lo realizó el mismo esta vez por chicuelinas Talavante, mostrándose variado con el capote. Tras las banderillas en las que se lució Javier Ambel brindó Talavante al público de Burgos. Tuvo que cuidar la embestida del toro el torero extremeño, que consiguió ligar los muletazos con temple; el toro tuvo clase y Talavante la aprovechó con tandas cortas y dando tiempo al toro. Finalizó su faena Alejandro por manoletinas con los pies juntos, sin moverlos un centímetro como en el es habitual y lo rubricó con una estocada entera de buena ejecución. Oreja.
Las caricias de Ortega a diestras a la clase del tercero le valen la oreja
El tercero fue un toro negro bragado corrido herrado con el número 68 de nombre «Avefrío» del mismo hierro burgalés, que también mostró muy buenas hechuras y al cual Juan Ortega lo paró a la verónica flexionando la rodilla y domeñando de inicio la embestida del toro. Tras el puyazo y las banderillas a cargo de la cuadrilla, tomó la muleta el torero sevillano comenzando la faena cerrado en tablas y, muletazo a muletazo, con gusto, se fue sacando el toro hacia los medios. Le dio mucho sitio Juan Ortega al toro y los derechazos fueron caricias ante un toro que tuvo poco recorrido pero mostró clase como su anterior hermano. Con la mano izquierda los naturales fueron también lentos. El toro a mitad de faena, con la música sonando, se cansó de humillar y marcó la duración de esta. El pinchazo no hizo se escapara el premio y a la segunda la estocada cayó hasta las cintas, algo desprendida, y la oreja fue a la mano de Juan Ortega.
Las repetidas fallas con la espada de Urdiales en el cuarto le dejan sin premio
El cuarto de Antonio Bañuelos se llamó «Londinense», negro mulato bragado herrado con el número 34 en los costillares. Lo paró Diego Urdiales con magistrales verónicas que fueron jadeadas por el público. El toro cogió al caballo por los pechos y a punto estuvo de derribarlo. Sin apenas meterle las cuerdas, se cambió el tercio y tras las banderillas brindó Urdiales al público. Se acopló rápido con el toro el riojano en tandas por la diestra que fueron aplaudidas por el público; con la mano izquierda al toro le costó desplazarse y el lucimiento fue menor. Falló varias veces Urdiales con la espada y recibió un aviso. Silencio.
Talavante le corta una oreja más al quinto
El quinto de la tarde fue un toro castaño de 510 kilos de nombre «Tintero» más alto de cruz que sus hermanos. Lo paró Talavante con el capote y fue medido en varas como el resto de la corrida. El toro embistió con brío en el capote de Javier Ambel y ya en la muleta de Alejandro Talavante dio emoción y continuidad en la ligazón de los muletazos con la mano derecha. El toro fue de más a menos y a mitad de faena se apagó. El extremeño no quiso alargar la faena con acierto y se fue a por la espada; ésta cayó baja en la suerte suprema. Aún así, el público generoso pidió la oreja a Talavante y el presidente la concedió. Oreja que premia las intenciones del torero extremeño.
El acero deja en ovación la entonada obra de Ortega al sexto
El sexto y último de la tarde fue otro toro castaño de Antonio Bañuelos de nombre «Precioso», herrado con el número 11 con el que Juan Ortega dibujó lentas verónicas aun quedándose el toro corto. Se le vio disfrutar a Juan Ortega el toreo a la verónica en los dos toros que le tocaron en suerte. Brindó la faena al público y se cerró en tablas para comenzar ésta agarrado con la mano izquierda al borde del olivo, y en la derecha con la muleta dando muletazos con extremo gusto y pellizco. Ya en el centro del ruedo las tandas por ambos pitones tuvieron toda la intención de torear despacio y máximo clasicismo; su oponente no tuvo la misma intención que el torero sevillano. Pese a esto, Juan Ortega mostró toda la faena una gran torería incluso fuera de la cara del toro. Pinchazo arriba y estocada caída dejaron el premio en ovación pese a la petición del público, imposibilitando la salida a hombros de Ortega junto a su compañero Talavante.
FICHA DEL FESTEJO
Coliseum Burgos. Tercera de la Feria de San Pedro y San Pablo. Corrida de toros. Casi lleno.
Toros de Antonio Bañuelos.
Diego Urdiales, división y silencio.
Alejandro Talavante, oreja y oreja.
Juan Ortega, oreja y ovación.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
