Desde que allá por 2005 Ricardo Gallardo implementara una nueva fórmula para proteger los pitones de los toros, la mayoría, por no decir la totalidad de ellos, la implementó tras llevarse a cabo una serie de mejoras tras la presentación del proyecto inicial. El ganadero cordobés afincado en San José del Valle ideó una forma de recubrir los pitones hasta la punta y así evitar que el animal pudiera acuchillar a cualquier hermano de camada o se desgastara los pitones rebuscando en la arena.
Se recubría del pitón con una tela fibrosa, con el tiempo colocando un casquillo en la punta que dejara respirar el pitón y ver la longitud final de este. Con este novedoso invento se reducían considerablemente las bajas, aunque no en su totalidad, existiendo hernias y cornadas internas cuando el pitón golpeaba con fuerza en una pelea. Otro elemento negativo tenía que ver con el manoseo al que se veía sometido el animal cada vez que había que realizar esta operación.
Por eso hay ganaderos que optaron por no ponerlas o por dar marcha atrás una vez probado el invento, así ganaderías como Cuadri, Victorino Martín, Prieto de la Cal, Dolores Aguirre, Murube, Adelaida Rodríguez o Juan Luis Fraile no ponen fundas a sus animales, una decisión que viene dada por una serie de motivos que le hicieron no apostar por una fórmula que a muchos de sus compañeros les funciona.
El mundo del toro, siempre tan reacio a los cambios, no vio que esta fórmula les solucionara la papeleta, pero con el tiempo casi la totalidad de los mismos han tenido que rectificar su postura, unos para quedárselos definitivamente y otros para desechar definitivamente esta opción. Hoy en día prácticamente el 95% de ellos lo usa sin ningún tipo de problema. El beneficio es claro, evita bajas directas, es decir, en una pelea el animal tiene más posibilidades de morir si no tiene fundas, ya que el pitón entra íntegro, de la otra forma el golpe se amortigua. Bajas hay, pero menos que antes.
Fernando Cuadri: «Por carácter, a mis toros sería muy complicado ponerle fundas»
Ganaderos como Fernando Cuadri no ha querido oír hablar de las fundas, en declaraciones a El País en 2012, el onubense fue tajante sobre el tema: “Estoy en contra de su uso, aunque respeto y entiendo a los ganaderos que las utilizan en fincas con escaso monte, puesto que los toros acostumbran a meter los pitones en el suelo, a causa de los picores, y sufren mucho desgaste en las astas. Esta circunstancia no se da en nuestra ganadería y no tengo necesidad”.
“Luego está el factor importante del manejo. Hay encastes que pueden admitir que sus animales se encierren dos veces. Sin embargo, con nuestro ganado -que no significa que sea ni mejor ni peor- sería muy complicado por su carácter tanto movimiento como supone. Para mí, la única justificación sería la económica, pero no creo que beneficie a la calidad del toro, puesto que cuanto menos lo toques, es siempre mejor”, explicaba Fernando Cuadri.
Sobre las bajas por Fernando esgrimía lo siguiente: “En mi opinión, las fundas no quitarían bajas, sino cornás y las peleas serían más largas. En la ganadería hemos tenido dos semanas de guerra y la baja de un toro que iba a la corrida de Madrid. Le pisotearon los compañeros de camada hasta que murió. Los toros pelean para tener un orden jerárquico, que empieza por un contacto físico y hace que entre ellos mismos se vayan temiendo. Mientras no exista una jerarquía clara, no hay tranquilidad y, por tanto, la guerra será más larga y con más bajas. Las fundas quitan libertad y trasforman un poquito, en cierta medida, esta naturaleza propia animal”.