Ya lo avisaron varios ganaderos durante la pandemia, el campo bravo debía sufrir una reestructuración importante de cara a los años venideros. Pero este frenazo se ha venido agravando por los diferentes problemas que asolaron al sector de un tiempo a esta parte. La guerra en Ucrania, la subida de la inflación, aumento materias primas, subida alarmante de los costes de producción o la sequía acabaron por asestar la puntilla a muchos ganaderos.
Ya en noviembre de 2021 Javier Núñez lanzaba un SOS ante los nubarrones que se cernían sobre el sector: “La ganadería de bravo vive hoy una situación de tormenta perfecta: COVID+ Desplome de la facturación+ subidas del 30% de los piensos + sequía extrema + disminución ayudas PAC + incremento de los costes seguridad social + luz + Gasoil + abonos + gobierno antitaurino…”.
Son meses en los que hay que apretar los dientes e intentar buscar esas materias primas que no mermen la capacidad del toro bravo, pero que sí, al menos, puedan hacer respirar las cuentas del ganadero. Con el pienso por las nubes es momento de buscar ciertas alternativas que ayuden a mantener a flote la explotación. Por todo ello hay ganaderos que están alimentando a sus animales con orujo de uvas, aceitunas o cáscara de naranjas a los toros bravos por la crisis de los piensos.
Esta fórmula la ya planteó Javier Núñez en los momentos más duros de la crisis: “El pienso, en muchas zonas, se tendrá que reformular con subproductos como orujo, de aceituna, de viña, de frutos o cítricos”. Pese a no estar en desacuerdo con esta postura, José Luis Algora veterinario de profesión muy ligado al toro bravo nos dejó claro que “el mayor problema en este tipo de alimentación con cáscara de naranja u orujo de aceituna es la rentabilidad del uso de este tipo de productos más que un problema nutricional: en tiempo corto, son más baratos -en torno al 25%-30%-, pero a la larga, su uso se encarece”.
Un camino que también tomaron ganaderos como Moisés Fraile, Julio de la Puerta, Santiago Domecq o Aurora Algarra, aunque esta última tenía una opinión algo distinta sobre su uso con los machos de la casa: “A los toros no les cambio el pienso por nada del mundo”, nos comentó en su tiempo la ganadera sevillana. Cada casa es un mundo, de ahí que los ganaderos tomen la decisión siempre en beneficio de sus animales.
Pese a todo ello, el momento más duro ya pasó, los festejos volvieron a cifras superiores a las de 2019, pero, sin embargo, muchos ganaderos lamentablemente se han quedado por el camino, algo que duele especialmente a una afición que ve como muchas divisas desaparecen, perdiéndose una genética importantísima difícilmente recuperable en un corto plazo. Pese a ello, otras muchas han conseguido mantenerse a flote tomando decisiones difíciles en pro de la viabilidad de la misma.