Cataluña ha vuelto a celebrar un festejo taurino tras una larga travesía por el desierto. Fue el pasado mes de agosto en la localidad tarraconense de Masdenverge, un festejo que pese a la incesante presión animalista, finalmente pudo llevarse a cabo. Éste contó con el respaldo de un número importante de aficionados que arroparon en todo momento a los tres novilleros sin picadores que actuaron aquella tarde.
Un festejo donde se lidiaron cuatro astados de la divisa local de Germans Margalef para un cartel compuesto por los catalanes Marcos Adame y Alba Caro y el novillero de Vinaroz Iker de Virgilio. Como bien podemos leer en la web vadebraus, “Los tres actuantes fueron paseados a hombros al concluir esta exhibición de toreo sin muerte”. Tres novilleros que pudieron expresarse delante de la cara de los animales, ya fuera ante el animal que le cupo en suerte o en el sobrero que cerraba festejo.
Y todo esto ha sido gracias al trabajo incansable de Enrique Guillén, director de la Escuela Taurina de Cataluña, el cual dio un paso adelante para conseguir la celebración de dicha clase práctica. Pese a estar gobernado por Junts per Catalunya, se dio finalmente el ok por parte del consistorio, con su alcalde, René Gonel I Arasa a la cabeza, para la celebración de dicho festejo.
“Es cierto que es un festejo sin sangre” nos comentó el propio Guillén el pasado mes de julio, “pero el mensaje que queremos dar desde la escuela es que vuelven los toros a Cataluña. No será un espectáculo al uso, ni banderilleado, ni con muerte a estoque, pero será muy serio en todo lo demás: los chavales irán de corto, ese pueblo tiene un ruedo muy bonito, y el festejo contará con la mayor seriedad posible”.
Abrió cartel Marcos Adame, al que le tocó el novillo más complicado por correoso, de ahí que se le diera la oportunidad de torear el sobrero. Un novillero que supo cogerle el aire y dejar una meritoria actuación. En el que cerraba plaza pudo demostrar el concepto que atesora, dejando varias series por ambas manos de mucho temple ante un astado con calidad. En segundo lugar, toreó Íker de Virgilio, el cual pudo disfrutar, pudo dejar naturales largos y profundos ante un astado medido de raza. Por su parte, Alba Caro toreó con el gusto y relajo al tercero, un ejemplar con nobleza a derechas que le dejó sentirse en pasajes de su faena.
Pese a lo que se piensa, los toros ni están prohibidos en esta comunidad ni se hacen a la usanza portuguesa -sin muerte-, sino todo lo contrario: los festejos pueden realizarse igual que en otras comunidades. En Masdenverge no encontraron la negativa del ayuntamiento, eso sí, obligaron a que fuera sin sangre, un peligroso camino que abre un melón que nadie quiere calar. Caso distinto fue el de Olot en 2021, cuando tras la negativa del ayuntamiento, La Fundación del Toro de Lidia recurrió por la vía administrativa la desestimación de dicho ayuntamiento a la solicitud de la plaza de toros del municipio para realizar un festejo taurino de acuerdo a la legislación vigente.