Hablar de Miura es hacerlo de una ganadería señera, un hierro que en 2022 cumplió nada más y nada menos que 180 años de historia. Pasear por Zahariche es hacerlo por un lugar cargado de historia, una finca donde se aglutinan los recuerdos de una casa ganadera que ya cuenta con siete generaciones, la última en manos de un joven Eduardo Miura Fanjul, hijo de Eduardo Miura Martínez y sobrino Antonio Miura Martínez.
Una ganadería que fue formada en 1842 por don Juan Miura, con reses de Antonio Gil, y posteriormente otro lote grande de vacas de don José Luis Alvareda, todas ellas procedentes de don Francisco Gallardo. En 1850 y 1852 se agregaron reses de la de doña Jerónima Núñez de Prado, viuda de Cabrera, agregándole en 1854 sementales de don José Arias de Saavedra (Vistahermosa). Al fallecimiento de don Juan, en 1855, se anunció a nombre de su viuda, y de ésta pasó a su hijo mayor, don Antonio Miura, y a la muerte de éste, en 1893, se hizo cargo su hermano don Eduardo, heredándola en 1917 sus hijos don Antonio y don José, anunciándolo: “Hijos de don Eduardo Miura”.
A finales de 1940, don Antonio y don José se la cedieron a su hijo y sobrino don Eduardo Miura Fernández. A la muerte de don Eduardo Miura Fernández, en 1996, la heredan sus hijos don Eduardo y don Antonio Miura, los cuales lidian a nombre de “Hijos de don Eduardo Miura”. En 2002 la ganadería pasa a anunciarse como “Miura”.
Una divisa que, pese a los vaivenes de los años, sigue al pie de cañón y anunciado en plazas tan importantes como Sevilla, Pamplona o Valencia. Una vacada que ha ido sufriendo modificaciones a lo largo de los años, pero sin perder la esencia que les hace ser una ganadería única. Queríamos conocer de primera mano el balance de esta temporada recién finalizada, así como la hoja de ruta de cara a un 2024 que empieza a asomar por el horizonte.
Amablemente, nos atendió Antonio Miura, un ganadero mesurado y cabal, el cual junto a su hermano Antonio llevan las riendas de la ganadería desde hace varios lustros. Dos enamorados del toro bravo y del caballo, que siguen manteniendo vivo el legado que en 1842 creara Juan Miura con la compra de los primeros animales. “Estamos satisfechos y muy contentos por cómo ha salido la temporada. Ha sido muy buena, con cosas importantes que nos hacen seguir insistiendo en nuestra forma de buscar la bravura”.
“En corridas de toros, me gustó mucho Pamplona, y después en Sevilla, con sus matices me gustó la tarde y la corrida. Tuvo sus virtudes, esas que se pudieron ver en “Choricero”, para mí uno de los toros más completos de este año en nuestra casa. También me llenó como ganadero “Guineo”, toro al que se le perdonó la vida en Sanlúcar, creo que esa corrida fue todo un espectáculo, el emitirla por televisión creo que fue una cierto total” nos comentaba el ganadero sevillano.
Una vez resumida su temporada hay que hablar de la venidera, esa donde Miura estará nuevamente en cosos como Sevilla o Pamplona, entre otras, plazas de primera donde ya es un fijo: “Nos moveremos más o menos unas siete corridas de toros. Hasta ahora repetiremos en varias plazas como Sevilla, Pamplona o Béziers. El resto de la camada se irá cerrando poco a poco, todavía es pronto para anunciar nada”, aunque podría haber alguna sorpresa en cuanto a alguna inclusión que no estaba temporadas atrás.
Pese a tener comprometidas ya tres corridas de toros para plazas de primera, Antonio no le cierra las puertas a poder volver a Las Ventas este año: “Entra en nuestros planes. Si ellos nos llaman, volveríamos a Madrid. Lo que te he dicho es lo que tenemos seguro, no me gusta aventurarme y dar por cerradas cosas que no están, si vamos lo sabréis y, sino, también” comentaba entre risas.
En Zahariche parece que el mosquito no ha afectado a una ganadería que es consciente de los problemas que acarrea en los animales: “La verdad es que ha creado muchos inconvenientes, ha habido corridas de toros que no han podido salir. Nosotros afortunadamente con el mosquito no hemos tenido problema, ningún caso ni en hembras ni en machos”.