Ramón Valencia, empresario de Pagés, ha venido diciendo tradicionalmente que hasta que no pasen las fechas navideñas no empieza a negociar con los distintos espadas que compondrán el abono hispalense, pero no es menos cierto que antes de esa fecha sí hay algún torero con el que se entablarán conversaciones, y ese no es otro que José Antonio Morante de la Puebla, espada en el que año tras año pivota la temporada en el coso del Baratillo.
Desde hace años el torero de La Puebla del Río viene actuando en la Maestranza en torno a 5 o 6 tardes durante la temporada; sin ir más lejos en 2022 hizo el paseíllo 6 tardes en el abono y una más en el festival del 12 de octubre: Domingo de Resurrección, Viernes de Preferia, Viernes de Farolillos, Sábado de Farolillos, Viernes de San Miguel y Domingo de San Miguel. Un esquema que repetiría esta temporada y que únicamente se vería modificado por su lesión de muñeca, esa que le obligaría a causar baja en el cierre de San Miguel: : Domingo de Resurrección, Lunes de Farolillos, Miércoles de Farolillos, Sábado de Farolillos, Viernes de San Miguel y Domingo de San Miguel.
Dos años en los que apostó por divisas como Torrestrella y Toros de El Torero, dos hierros de gran solera en el campo bravo, los cuales ya no eran del agrado de las principales figuras del toreo en los últimos años. Un diestro que también en la vuelta de los toros a Sevilla tras la pandemia, se echó el petate de la Feria a sus espaldas toreando un total de cuatro corridas de toros: Victoriano del Río-Toros de Cortés, Juan Pedro Domecq-Parladé (dos corridas) y Miura, esta última como guiño hacia el aficionado.
Por todo eso y por mucho más, rabo incluido la pasada Feria de Abril, el sevillano es el único torero con el que la empresa se salta el guion preestablecido, algo que entienden sus compañeros, de ahí que las negociaciones con el propio diestro no sean normalmente en el despacho de la empresa y con un rictus digamos solemne, sino todo lo contrario. Por ello se le preguntó el pasado jueves en el programa 7 toros 7 que dirige y presenta Víctor García-Rayo junto a José Manuel Peña, un programa que tiene también en Ignacio Muruve a uno de sus miembros habituales.
“Con Morante, los últimos años hemos empezado tomando un arroz con pato en La Puebla»
Tocaba saber de viva voz por parte del empresario manchego como se llevaban a cabo las primeras tomas de contacto con el diestro de La Puebla del Río, un espada con el que la empresa tiene una comunicación fluida: “Con él, los últimos años hemos empezado tomando un arroz con pato en La Puebla. Viene mi hijo, su apoderado Pedro, José Antonio y yo. Y ahí, fundamentalmente, se plantea el número de festejos y en qué línea de ganadería le gustaría matar”. Por lo tanto, más que una reunión en sí, será un encuentro que se llevará a cabo en las próximas fechas, muy cerca de La Puebla del Río cuando Ramón Valencia hijo vuelva de la Feria de Golegã, región portuguesa donde el caballo está profundamente enraizado.
“Algunas veces propone alguna nueva y el resto de conversaciones se hacen en Pagés y con Pedro, su apoderado. Yo respeto mucho la figura del apoderado, porque suelen ser grandes interlocutores… casi todos, porque algunos mienten un poquito y cuentan la historia de una manera distinta. Pero la gran mayoría tienen un diálogo razonable” contestaba a la pregunta de García-Rayo el propio Ramón Valencia.