Siempre se ha dicho que cuando una puerta se cierra otra se abre, y esto es precisamente lo que le ha pasado a José Mendoza Matas “El Bomba”, chófer durante varios lustros de Julián López “El Juli” y que ahora pasará a realizar dichas funciones con el matador de toros toledano Tomás Rufo. Su carrera junto al de Velilla y el vínculo que le unía a la familia Lozano -apoderados del de Pepino- ayudó a que encontrara un nuevo diestro con el que poder seguir estando ligado al mundo del toro
El toledano se sumará así a un espada que ya cuenta con grandes profesionales en sus filas. Sergio Blasco, Andrés Revuelta y Fernando Sánchez seguirán siendo sus hombres de plata de confianza, mientras que José Antonio Barroso -hasta esta temporada con El Juli- y Manuel Jesús Ruiz “Espartaco” serán los varilargueros que comiencen la temporada con uno de los espadas jóvenes del momento, un torero que pese a su incipiente carrera ya sabe lo que significa salir a hombros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Monumental de Las Ventas.
De esta forma, tanto El Bomba, gran aficionado y hombre sabio del toreo, como José Antonio Barroso, uno de los picadores del momento, se sumarán a la cuadrilla de Tomás Rufo, diestro que ha cerrado su 2023 con 30 paseíllos a este lado del charco, comenzando su temporada el 18 de marzo en la plaza de toros de Valencia con el corte de una oreja a un animal de Jandilla, y poniéndole fin a la misma el 11 de octubre en Zaragoza paseando también un apéndice de un toro con el hierro de Alcurrucén.
Como único paseíllo en tierras americanas, Rufo pudo torear en una de las plazas con mayor salud de toda América. Se trataba del coso de Manizales, un coso que se llena cada tarde de toros, tomando el testigo de la plaza de toros de Quito, sin duda uno de los cosos con más salud hasta las imposiciones totalitarias de los políticos. Esa tarde Rufo pasearía una oreja de un animal de Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad de César Rincón, en una tarde que compartió con Luis Bolívar y Emilio de Justo.
Ahora, con este cambio, se abre un nuevo camino para un chófer que sabe muy bien de que va esta profesión. Un hombre que lleva varios lustros llevando de una plaza a otra a toda la cuadrilla de un espada que puso fin a su carrera el pasado 1 de octubre en Sevilla, tarde donde dejaría patente que pese a ser el día de su adiós, ni mucho menos se iba a dejar ganar la pelea por ninguno de sus dos compañeros.