Desde hace algunas semanas este medio optó por darle su sitio a un determinado número de vacadas que andan fuera del foco de las grandes ferias, hierros con un hato de vacas no muy extenso y que tienen principalmente su mercado en los festejos sin caballos. Pero también quisimos acercarnos a esos nuevos ganaderos que apostaron por el toro bravo pese a las dificultades que entraña criar este tipo de animal.
Este es el caso de José Manuel Cantos, aficionado de 56 años de edad, que ha dedicado su vida al mundo del toro, dando festejos en algunas plazas de toros de nuestra geografía durante varios años. Un hombre que conoce perfectamente como se mueve el mercado en los pueblos de la España profunda, esos donde la afición al toro es enorme. Allí la suelta de toros y novillos es una tradición muy arraigada, así como las becerradas y novilladas sin picadores.
Pese al momento tan complicado que están pasando agricultores y ganaderos, José Manuel no se lo pensó dos veces y arrendó una finca de 30 hectáreas en la provincia de Cáceres para dar cabida en ella a un pequeño hato de vacas y un semental, cumpliendo así su sueño de ser ganadero. “Empecé hace poco tiempo y todavía tengo que hacerme con la ganadería. Llevaba un par de años peinando el campo y buscando vacas, hasta que encontré esa punta que estaba en mi mano y me lancé a por ella”.
Un ganadero que tiene claro el camino a seguir en esta aventura ganadera, esa que de momento únicamente le lleva a disfrutar de la misma a puerta cerrada: ”Mi intención es disfrutar, por eso no me pongo metas a corto plazo, ya habrá tiempo de pensar en lidiar, de momento mi idea es tenerlo todo en casa para una vez pasado un tiempo prudencial sacar alguna novillada sin caballos”.
Una adquisición que le llena plenamente tanto por la procedencia como por la divisa donde adquirió el ganado: “La ganadería es muy cortita, tenemos poco más de 25 vacas que le compré a Ramón Carreño, un ganadero que tenía animales de encaste Domecq. Respecto a los sementales, este es de línea Contreras, un animal marcado a fuego con el hierro toledano Carlos Serrano”.
Ramón Carreño, una ganadería ya desaparecida que le vendió estas 25 vacas a Cantos
La de Ramón Carreño, por su parte, se trataba de una vacada castellano-manchega que pastaba en la localidad toledana de La Torre de Esteban Hambrán, a unos 50 km de Madrid capital. “La ganadería la inicio allá por el año 1995 y no te puedo decir una procedencia concreta porque en ese momento junte un hato de distintas procedencias. Estaba todo muy cruzado y la verdad no servía. Decidí cambiar en cuanto se presentó la oportunidad”, comentó Carreño hace unos meses en una entrevista.
“En el año 2002 compré 114 vacas de vientre y 5 sementales de Las Ramblas, procedencia Salvador Domecq. En la actualidad todo proviene de Las Ramblas, no hay nada de lo anterior”, añadió el ganadero, que a consecuencia de la pandemia vendió todo su ganado bravo.