Dentro de los distintos temas que venimos tocando en este portal durante las últimas semanas, uno de ellos tiene que ver con la figura de una serie de toreros que están en boca del aficionado. En esta ocasión hablamos de un Antonio Ferrera que tras cortar dos orejas en La México y una el Domingo de Ramos en Las Ventas vuelve a estar en boca del aficionado. Al otro lado del charco realizó una faena llena de inspiración mientras que su labor en la capital del toreo vino por la vía de la entrega.
Hablamos de un torero con muchas vertientes, un espada muchas veces difícil de definir, con aristas que hacen de su toreo un caudal de inspiración. Antonio tuvo que irse a tierras mexicanas para sumar esos contratos que en 2023 no tuvo en España, una temporada radicalmente distinta a esa de 2022 donde sumó un importante número de paseíllos. Un torero que hace meses que puso punto y final a su faceta como ganadero tras vender su vacada, esa que mimó durante años.
Antonio Ferrera siempre se ha caracterizado por conocer minuciosamente los detalles de cada encaste, su interés por estos le llevó a hacer una apuesta importante por el toro de Vega-Villar tras adquirir vacas a Caridad Cobaleda, algo que no quedó ahí, haciéndose también con ganado de la rama Santa Coloma perteneciente en su día a la ganadería de Río Grande. Un tipo de toro con un comportamiento muy particular que se sumaba al de Guateles -con goterón de El Torreón y Sampedro-, ese que ayudó al diestro extremeño a dar un paso más en su evolución como torero.
Un hierro, “La Peregrina”, bautizado con el mismo nombre que aquella inolvidable goleta propiedad de Jonathan Clark, “El hombre de Bostón”, papel magníficamente interpretado por Gregory Peck en la película “El Mundo en sus Manos”, dirigida por Raoul Walsh en 1952, sin duda, una de las mejores películas de aventuras de la historia del cine. Bajo esta divisa se unificaban varias sangres que el diestro nacido en las islas seleccionó de forma minuciosa, siempre buscando sacar lo mejor a cada encaste, haciendo este una impagable contribución a la fiesta apostando por sangres cada vez menos presentes en el campo bravo.
Tras vender su proyecto ganadero a Antonio Carrillo, fundador y propietario de PTV Telecom, el diestro afincado desde su más tierna infancia en tierras pacenses, anda entregado en cuerpo y alma a una profesión que le llena plenamente, esa donde se siente plenamente realizado y donde puede sacar lo mejor de sí mismo. Para encontrar ese camino decidió que la América taurina iba a ser el lugar donde volver a reencontrarse, donde dar una nueva vuelta de tuerca a ese toreo tan personal.