Juan Leal, Ginés Marín y Clemente cerraban, este Lunes de Pascua, la Feria en el Coliseo de Arles, lidiando con media plaza en los tendidos un encierro de La Quinta.
Un profundo Juan Leal desoreja al primero, al que cuaja por ambos lados
El primer toro, para Juan Leal, de octubre de 2019, de 515 kilos, fue un animal al que saludó bien a la verónica; lo castigó poco en el caballo, realizando un quite después del tercio por chicuelinas. Fue un animal con buen recorrido y nobleza, pero que no humilló de verdad. Con dos cambiados inició faena el galo, y cuajó bien al animal, dejando muletazos muy profundos. Muy importantes fueron las series por la mano izquierda, pero las cuatro sobre la diestra también, con muletazos largos y despaciosos. Dejó una espada un punto caída, pero el gran nivel de la faena permitió el doble premio.
Ginés Marín no conecta frente a la falta de transmisión del segundo
El segundo, para Ginés Marín, de octubre de 2019, de 525 kilos, era un toro muy bajo y bien hecho al que dejó acompasadas verónicas de salida Ginés Marín. Lo preservó en el caballo, y fue noble, pero le faltó raza para conectar con el tendido. Toreó muy bien por abajo, con temple y suavidad, pero no conectó frente a un toro que no transmitía. Dejó dos buenas series y dos por naturales, dejando un espadazo tendido. Ovación tras aviso.
La espada emborrona las buenas formas de Clemente ante el tercero
El tercer toro, para Clemente, número 63, de octubre de 2019 y de 535 kilos, fue un toro con mucho gas de salida al que saludó con buenas verónicas el francés. Muy castigado en varas. Comenzó por abajo su obra y siguió con tandas sobre el pitón derecho; el animal tenía buen embroque, pero no empujaba hasta el final del muletazo. Poco a poco, el toro rompió y dejó dos buenas series al natural y otras dos sobre la diestra. Muy importante en la despaciosa serie final, toreando con la cintura, dejando un metisaca y un espadazo muy vertical, Ovación tras aviso.
Leal, firme con el complicado cuarto
El cuarto toro, número 18, era muy en tipo de la ganadería y serio de cara. Se entregó en el caballo. El toro, al que le inició faena con dos cambiados por la espalda, tenía buen embroque y recorrido pero se metia mucho por dentro en el muletazo. Aguantó mucho Leal por ambos lados, pero fue imposible, porque el animal se metía por dentro en la mitad del muletazo. Lo pinchó y fue silenciado tras aviso.
El acero se lleva el premio para una faena de oficio de Ginés Marín al quinto
El quinto toro, para Ginés Marín, número 67, de 530 kilos, fue un animal que no se entregó en los dos primeros tercios y no pudo lucirse de capa el extremeño. Quitó por delantales Clemente. Dejó una faena de oficio ante un animal con poco recorrido, poca raza y humillación de inicio. Dejó dos series importantes, una al natural y otra con la diestra, y poco a poco rompió el toro; muy por encima del animal en una faena que remató en la corta distancia, pero falló con el acero. Silencio tras dos avisos.
Clemente marra con la espada una faena de dos orejas para un sexto de vuelta de La Quinta
El cierraplaza fue un cinqueño muy alto y un poco fuera de tipo. Lo saludó con firmeza Clemente con el capote porque traía brío, y desmontó al picador en el segundo encuentro. Toro encastado y con recorrido, le dio distancia Clemente para torearlo de muleta en cuatro tandas de mano diestra ante el motor y la enorme transmisión del animal, que concluyeron con un cambio de mano por abajo de cartel. Más enganchado resultó el trasteo a zurdas, excepto en una buena última serie. Muy buenos los remates genuflexos del epílogo, pero la fea colocación de la espada, a pesar de la faena y de la bronca al palco, dejó el botín en una oreja y la vuelta al ruedo en el arratre para el de La Quinta.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Arles. Última de la Feria de Pascua. Corrida de toros. Media entrada.
Toros de La Quinta. El último premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Juan Leal, dos orejas y silencio tras aviso.
Ginés Marín, ovación tras aviso y silencio tras dos avisos.
Clemente, ovación tras aviso y oreja.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ
