José María Manzanares, Alejandro Talavante y Tomás Rufo hacían el paseíllo, este miércoles, en la undécima de abono en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en un festejo en el que se lidiaban toros de Jandilla.
Ovacionado el empaque de Manzanares con un primero de temple a diestras
Abrió plaza ‘Picarón’ un astado muy bien presentado que sacó nobleza y buen ritmo a derechas, un animal al que Manzanares le realizó una faena templada por momentos pero con poco ajuste. El alicantino aguantó dos coladas a derechas de un Jandilla al que había que llevar siempre empapado de muleta. Josemari suplió esa falta de ajuste con su característico empaque para llevar cosido a la muleta a un toro con virtudes pero al que le faltó un punto de humillación. A zurdas el astado tuvo menor entrega al faltándole finales. Labor de tandas cortas donde no quiso apretar a un astado que estaba en la frontera de rajarse. Tras una estocada en buen sitio saludó una ovación.
Silenciado Talavante con un segundo de corto viaje
No tuvo opciones Talavante con el que hizo segundo un animal bajo de casta que acabó acortando el viaje. El de Jandilla, discreto en los primeros tercios, embistió siempre con la cara a media altura y acortando el viaje. Talavante se mostró afanoso pero sin apretarse de verdad con un animal al que toreó muy cerrado en los terrenos del 6. Faena plana y sin alma de un espada que tuvo delante a un Jandilla que nunca tuvo la intención de tomarla con clase y ritmo. Mató de una estocada entera y fue silenciado.
Rufo pincha la oreja del encastado y repetidor tercero
El tercero llevaba por nombre ‘Zacateca’ un animal de Jandilla que acudió con bravura al jaco en dos varas desde la larga distancia. Un toro que estuvo a un tris de derribar a un Manuel Jesús Román al que salvó Manzanares en un quite providencial jugándosela de verdad y poniendo en riesgo su integridad física. Este fue un toro que tuvo casta y temperamento en la muleta, un animal difícil de templar al queú Rufo le realizó una labor firme y sobria pero a la que le faltó mayor reposo. El de Pepino expuso colocándose de hinojos en una primera serie donde el animal embistió con transmisión y cierta humillación. Un ejemplar que siempre se sintió más cómodo en la media distancia, de lo contrario tendía a acortar su viaje y protestar. Tomás aguantó estoico las embestidas de un toro complejo, un animal que requería de firmeza de plantas y conocimiento de terrenos y alturas. Bajó algo su labor a zurdas tomando nuevamente vuelo a derechas, pitón por el que el toro la tomó con ritmo y entrega hasta el final. Tenía la oreja en la mano pero un pinchazo previo dejó todo en una cerrada ovación.
Silenciado Manzanares con un cuarto sin vida ni empuje tras los trastos
Le faltó entrega y ritmo a ‘Fincalimpia’ un animal de Vegahermosa que nunca tuvo la intención embestir 20 veces buscando los chismes por abajo. Un astado de escaso juego con el que Manzanares estuvo espeso y sin apretar el acelerador más de la cuenta. El alicantino porfió en una labor de poco ajuste pero con ese particular empaque que le pone a todo lo que hace. Un toro “malandao” al que le faltó casta, un Jandilla con nobleza pero sin empuje detrás de los chismes. Se justificó el de alicante en una faena limpia pero que nunca tomó vuelo
Talavante es silenciado con un quinto de medias embestidas
Tampoco tomó vuelo la tarde en el quinto capítulo de la misma, ese en el que únicamente se puede rescatar, en el debe de Talavante, el templado y cadencioso saludo a la verónica del extremeño ante un toro que la tomó con ritmo. Pero ahí quedo todo realizando posteriormente Alejando una faena plana y carente de alma. No hubo conjunción en un trasteo donde no se entendieron toro y torero debido a los cambios de ritmo del animal y a la falta de ambición de un espada que estuvo en un tono gris. Porfió Alejandro buscando pulsear al astado pero este se defendió más que otra cosa rompiendo cualquier atisbo de remontada en su labor. Tras pasaportar al astado de Jandilla fue silenciado.
Ovacionado Rufo con el manso sexto
Se cerró la tarde con un noble pero manso astado de Jandilla, un animal sin entrega al que Rufo se fue a recibir a la puerta de chiqueros. El toledano fue a buscar al toro a su querencia para dejar un comienzo de faena donde el animal siempre fue a su aire. Se lo llevó al centro del ruedo para quitarle las querencias pero el astado no quiso empujar de verdad tras los trastos. Se puso a zurdas pero tampoco por ahí se pudo expresar un espada que no tuvo ninguna opción con este cierraplaza.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Corrida de toros. Lleno de no hay billetes.
Toros de Jandilla y uno, el cuarto, de Vegahermosa. Con nobleza y buen ritmo a derechas el manejable primero; de corto viaje el descastado segundo; con poder y transmisión un tercero de encastada embestida; sin transmisión ni empuje un cuarto falto de celo; de medias embebidas un quinto que nunca quiso empujar hacia adelante; de mansurrona condición un sexto de sosa y desclasada embestida.
José María Manzanares, ovación y silencio.
Alejandro Talavante, silencio y silencio.
Tomás Rufo, ovación en ambos.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA
