Hay toreros que con su simple presencia son capaces de atraer a un número ingente de personas, toreros que anunciándose en un cartel agotan el “boletaje” -como dicen en México- tiempo antes de la celebración de los festejos. Al igual que pasa con los conciertos o los eventos deportivos de primera magnitud, el torero también tiene sus estrellas, esas que son, en muchas ocasiones, una bendición para el empresario.
Uno de esos diestros que consigue colocar el “no hay localidades”, o “sold out” en inglés, es el madrileño José Tomás, matador de toros que lleva dos temporadas sin aparecer por los ruedos tras su último paseíllo en Alicante en agosto de 2022. Luego existen otro ramillete de espadas que también tienen un poder de atracción importante, diestros de una personalidad muy acusada que esta temporada ya han conseguido llenar hasta el tejadillo plazas a ambos lados del charco.
Pero volvamos a la figura de José Tomás. El espada afincado desde hace varios lustros en la Costa del Sol reapareció en los ruedos allá por 2007 tras su retirada cinco años antes. Su forma de ver y entender el toreo le llevó a variar sensiblemente la forma de afrontar sus temporadas, esas que cambiaron de forma radical tras el percance sufrido en Aguascalientes. A partir de ahí el número de festejos se redujo, y por consiguiente, la dificultad a la hora de contratarlo.
Uno de los apoderados que ha conseguido cerrar al francés para prácticamente todas sus plazas ha sido el francés Simón Casas, un empresario con poder de convicción y una forma muy particular de organizar sus ferias. La última gran tarde del de Galapagar fue aquella de Nimes con seis toros, una tarde donde acabaría indultando a un ejemplar de Parladé en una de las tardes más importantes de los últimos 25 años.
Precisamente el empresario galo escribió sobre la figura de José Tomás en un post de Instagram, ese donde contaría una historia que no había salido a la luz hasta aquel 28 de noviembre de 2023. El propio Casas narró la historia de “La oferta justa” que le hizo al propio diestro madrileño. Todo comenzó con su contratación para la Feria nimeña de Pentecostés de Nimes, acabando con la imposibilidad de su contratación debido a un percance en el campo que le llevó a no poder hacer frente a este compromiso. Así lo narraba Casas:
«Llevaba días negociando un contrato con el representante de José Tomás» explicaba Casas en el inicio del post en Instagram. «El maestro quería que se titulara «La Oferta Justa». Habíamos medido cada concepto, todos criterios, cada coma y cada punto. Por fin, después de días, hemos firmado recalcó el empresario francés en una publicación donde contaría posteriormente como todo se calló tras una llamada telefónica«.
«En este mismo momento, el maestro estaba toreando en el campo. Suena el teléfono de su representante: ¡un drama! Un toro acaba de coger el torero, estaba destrozado, lo iban a operar un poco más tarde. Se intuía que no estaría en condiciones para poder torear durante meses. Por la noche, estoy en mi casa. Suena mi teléfono. Me habla una voz desde el más allá: “Simón, la oferta era justa pero la vida algunas veces no lo es.” Me lo contaron después: todavía en la camilla del quirófano, medio dormido, José Tomás había exigido llamarme… Para ser justo«, finalizaba.
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