BILBAO

Damián Castaño y un fiero toro de Dolores Aguirre dan lustre y emoción al final de las Corridas Generales


domingo 25 agosto, 2024

Final infeliz para una corrida que, por unas cosas y otras, ha mantenido el interés de los aficionados, con mención especial a la intensidad de lo vivido en el quinto toro, sobrero por más señas. Agur Bilbao y ojalá vengan ferias (y entradas de público) mejores. Se antoja imprescindible.

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Tras su recordada tarde del año 2023 volvían a Vista Alegre los toros de Dolores Aguirre para el cierre de las Corridas Generales de Bilbao, con una terna avezada en hierros como este, aunque en el caso de José Garrido era la primera vez en vérselas con los doloresaguirre. Al extremeño, que cerraba la terna, le acompañaban Fernando Robleño y Damián Castaño. Un cartel de interés que llenó en la mitad de su aforo el coso bilbaíno.

Solvencia de Robleño con el aquerenciado primero

640 kg y toda la seriedad del mundo el que abría plaza que hizo caso omiso a Fernando Robleño en el saludo capotero. Fuerte y largo el primer puyazo y sin entrega el segundo. Con sabor se dobló el madrileño por bajo en el inicio de faena para seguir con derechazos que el toro tomó con nobleza pero siempre acusando la querencia, más aún en los naturales, ya rajado, tanto que Robleño entró a matar en terrenos de toriles, lo que hizo con eficacia. Ovación.

Oficio de Damián Castaño con el violento segundo

Otro “toro de Bilbao” (el que no ha salido en la mayoría de tardes) el segundo y eficacia lidiadora de Damián Castaño con el capote. Con alegría acudió el toro al caballo de Tito Sandoval y empujó en el primer encuentro, menos en el segundo, un visto y no visto. Calada la montera y muleta en la izquierda, Castaño intentó encauzar embestidas violentas y cortas, peores aún por el pitón derecho. De vuelta a la zurda, un desarme y el de Dolores ya a la caza. Estocada que hizo guardia y silencio.

José Garrido no acaba de entenderse con el encastado tercero

No pudo lucirse José Garrido en el saludo al primero de su lote y al llevarlo al caballo resbaló haciéndose el mismo el quite para seguir con dos verónicas y una media vibrantes. Primera vara empujando y otra muy medida. Brindis de Garrido al cónclave y torero inicio con ayudados por alto y remate con uno por bajo. Series en redondo que el toro tomó con buen son, tal que en los naturales, que Garrido condujo con largura y, por momentos, templanza, pero dejando en el aire dudas, entre ellas si los terrenos fueron los adecuados. Varios pinchazos y media estocada. Silencio.

Mérito de Robleño con el manso cuarto, frustrado con la espada

Una ovación acogió la salida al ceniciento ruedo de Vista Alegre del cuarto, un galán, que tomó – un decir – el capote de Robleño en plan pasota y luego fue al relance a uno y otro caballo antes de recibir dos puyazos, con escaso castigo y delatando su mansa condición. Se fajó Robleño con él toreando por el pitón derecho sin contrariar sus embestidas a media altura. Matías sacó su pañuelo – qué cosas- y la música se arrancó con «Chiclanera”, para sorpresa del propio matador, que siguió, ahora con la zurda, dibujando algún natural de mérito antes de regresar a la diestra, previo a tomar la espada. Pena la sucesión de pinchazos antes de que el toro se echara. Silencio.

Damián Castaño corta una oreja de enorme mérito a un toro de Dolores Aguirre que no regaló nada

Para variar, el quinto otro toro de impecable fachada aunque este de muy justas fuerzas… y Matías sacó el moquero verde. Y salió el sobrero, grandullón, largo y de no muy agraciadas hechuras, que embistió al capote de Damián Castaño sin recorrido, antes de que el piquero le diera lo suyo en el primer puyazo. Llegados a la muleta, Castaño se puso con la izquierda intentando sortear embestidas descompuestas, que eran cortas y a la caza por el derecho. Pero el esfuerzo tuvo premio en una serie en la que toreó con largura e incluso relajo y el público lo jaleó. Lo mismo en la siguiente y a por la espada. Pinchazo y estocada delanterilla, pañuelos blancos al aire y Matías, corazón loco, que sacó el suyo de inmediato. Ovación a la dureza del toro de Doña Dolores y emoción en la vuelta al ruedo, oreja en mano, de un torero que se jugó la vida con él. Porque eso es también el toreo y así hay que cantarlo.

Sin opciones José Garrido con el deslucido que cerraba plaza y Feria

Cerró plaza y Feria un toro de menos presencia y al que tampoco le sobraban las fuerzas por lo que el paso por el caballo fue testimonial. Un borrón que la afición conspicua y el público pasaron por alto. Las cosas de las cosas. Y así, con el toro ahora paso ahora me caigo, la faena – un decir -de José Garrido transcurrió con embestidas cortas y el torero librando tarascadas. Estocada eficaz y silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Vista Alegre, Bilbao. Última de la Aste Nagusia. Corrida de toros.

Toros de Dolores Aguirre. De aquerenciada condición el noble primero; Violento el segundo; de encastada condición el tercero; de mansa condición el desigual cuarto; con carácter un quinto de exigente comportamiento; sin entrega un sexto bajo de casta.

Fernando Robleño (Vainilla y oro con cabos negros): Ovación y silencio.

Damián Castaño (Azul azafata y oro): Silencio y oreja

José Garrido (azul noche y oro): Silencio y silencio

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FOTOGALERÍA: BMF TOROS