Muchas son las vacadas de bravo que durante sus años de existencia van cambiando de manos, ganado que pasa de unas zonas a otras de nuestra piel de bravo para asentarse en una nueva casa ganadera. Este no fue el caso del hierro sevillano de los Hros. Excmo. Sr. Conde de la Maza, un proyecto ganadero que data de 1953 cuando D. Leopoldo de la Maza y Falcó adquiriere el lote de vacas que le había correspondido a Dª María López Tejada. En 1966 adquiere sementales del Marqués de Villamarta y en 1977, un lote de vacas y dos sementales de procedencia Núñez.
Una ganadería con personalidad propia que pastó durante más de 60 años en ‘Cortijo Arenales’, finca situada en Morón de la Frontera actualmente propiedad de la familia Moya Yoldi. Un proyecto ganadero que fue poco a poco menguando debido a la dificultad de vender los animales para las distintas plazas, algo que hizo que en noviembre de 2018 D. Leopoldo Sáinz de la Maza Ybarra `Sr. Conde de la Maza´ vendiera el ganado que le quedaba en la finca al empresario sevillano Diego Miguel Curiel.
La finca, situada en el término municipal de Castilblanco de los Arroyos
Hasta la finca ‘Escardiel’, situada en el término municipal de Castilblanco de los Arroyos, se llevó todo el ganado que había adquirido tiempo atrás tal y como contó a este medio -el propio ganadero- hace algunos años: “Yo me traje un lote de añojas y eralas, algunas utreras y siete vacas viejas. Más un par de novilladas de erales y treinta y cuatro añojos, prácticamente todo lo que quedaba en Arenales”, señaló.
Pasado un tiempo este medio ha vuelto a esta coqueta finca para conocer de primera mano el proyecto que tiene por delante un ganadero valiente, un hombre que ama profundamente el toro bravo: “Estoy contento con la compra que hice en su día, porque aunque he lidiado todo en festejos menores, ha salido según lo esperado. Llevamos seis años ya con este proyecto entre manos, estamos apretando mucho en la selección y los resultados nos están dando la razón”.
Un ganadero que ya se plantea dar un nuevo salto y probar suerte con los festejos picados: “Todavía es algo pronto pero en 2026 quiero dar un paso más y lidiar festejos con picadores, de ahí que ya el año que viene empezaré a dejar y preparar animales de cara a ese tipo de novilladas; en 2025 lidiaré más o menos lo mismo que estos años atrás, de momento, no tengo utreros para anunciarme”.
Un paso adelante que ilusiona sobremanera a un ganadero que previsiblemente lidiará su primera novillada con picadores al otro lado de la frontera: “Confío en la palabra y ya me han pedido una novillada picada para Francia para 2026; cogeré los que más me gusten y la guardaré. El año que viene seguiré lidiando en plazas como Sanlúcar de Barrameda, y el resto lo dejaré para novilladas sin caballos”.
Una ganadería que actualmente se sustenta en un hato de vacas importante, ese que ha ido poco a poco ampliando pese a esa dura selección en los tentaderos: “Tengo unas 160 vacas aproximadamente, todo puro del Conde, aunque con mi hierro. Sementales hay siete ahora mismo; el Leopoldo me dejó solamente un semental, que hubo que sacrificarlo porque estaba debilitado. Ahora, el resto de machos que cubren son de mi hierro, procedencia Conde de la Maza”.
Diego Curiel sabe que posee un tesoro genético de incalculable valor, por ello es consciente que debe cuidarlo con mimo y mantenerlo en pureza: “Cuando hablo con las comisiones y los aficionados, siento el peso, algo que te da ilusión y responsabilidad, además de las ganas de mantenerlo a capa y espada. He tentado aquí añojas y los toreros se creían que eran utreras, tienen mucho volumen” finalizó en su explicación.