Independientemente de la filiación política de cada uno, y mucho más de los gustos personales, algo tiene que estar haciendo muy bien la presidenta de la Comunidad de Madrid, porque da la impresión de que es ella, Isabel Díaz Ayuso, quien lidera la oposición al ‘Régimen’ de Pedro Sánchez y, por lo tanto, el foco del ventilador al que sus oponentes políticos le van añadiendo porquería. Digo porquería porque ni siquiera tiene un sentido positivo en cuanto al rédito político, sino que pretende contar con las tripas ardiendo de la población afín que repite sus soflamas. La última, la de la Cultura, por la que la han apodado ya ‘La Matadora’, lo que le viene que ni pintado.
El nuevo calcetín giratorio de los medios subvencionados por el Gobierno de España se centra en que Ayuso -dicen- «recorta la financiación a los museos pero se lo gasta en Tauromaquia». Y, como arma arrojadiza, no está mal, pero no deja de ser una información sesgada que -como todo lo que publican- pretende defender unas ideas, que no el estado de justicia y de bienestar de sus vecinos, los que viven en el territorio que gobierna y que le dieron un amplísimo respaldo en las urnas. Pero es que las urnas sólo son democráticas si nos benefician… ¡Amigo!
Lo cierto es que la presidenta de la Comunidad de Madrid es -como ha corroborado en numerosas ocasiones- aficionada a los toros, pero aunque no lo fuera, tiene la obligación de defenderlos, promoverlos y protegerlos como manifestación cultural LIBRE de los españoles. Eso es lo que dicta la Ley, por lo que la tauromaquia tiene el mismo derecho a las ayudas públicas y al respaldo de los presupuestos que cualquier otra manifestación cultural en España, llámese cine, museos, ferias del libro u organización de la gala de los Goya. Esto es así EN TODOS LOS TERRITORIOS DE ESPAÑA, para los que piensen que la tauromaquia está prohibida en algunas zonas de este país. Otra cosa -muy distinta- es que se haya convertido en una de las más subrayadas señas de identidad de la España tradicional, la que no soportan los que quieren gobernar una tierra nueva y pretenden que la antigua les pague la fiesta con la connivencia de sus actuales gobernantes.
Por tanto, las actuaciones de Isabel Díaz Ayuso para con la tauromaquia tienen dos características: primero, son VALIENTES, porque nada le importa el ruido -siempre previsible- de esa izquierda que ha aprendido a ocupar los medios para marcarle a la ciudadanía lo que debe pensar un librepensador. Y, segundo, son LEGALES e imperativas por parte de una Ley que esa misma corriente está ya demasiado acostumbrada a ningunear, desobedecer y no respetar de la forma más inmune posible sin que el ciudadano de a pie acierte a saber cómo es posible eso.
De modo que, sí: Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en ‘La Matadora’, porque es quien se está encargando de estoquear cada uno de los exabruptos espúreos que llegan desde la izquierda caviar que hoy trabaja cada día el relato de su prensa para perpetuarse en un poder absoluto. Es ‘La Matadora’ de las intenciones malsanas de aquéllos que se empeñan en defender sus intereses destruyendo los de los otros para que jamás puedan volver a ser molestos. Ayuso es ‘La Matadora’ de todos cuantos están preparando el país para que llegue el momento de darle la vuelta al ‘Régimen’. Y, como tal, la gran salvadora de aquello que un día se entendió como LIBERTAD.