Prosiguen los festejos taurinos a lo largo y ancho de nuestra piel de toro. Con Valencia celebrando su última corrida del abono fallero el pasado miércoles y tanto Castellón como Madrid esperando la fecha del pistoletazo de salida a su temporada, son muchos los aficionados que ya se han sentado en la piedra de un tendido en el amplio abanico de corridas de toros y novilladas que se han celebrado en España desde el mes de enero.
De todos los espectáculos taurinos que se celebrarán en el tercer mes de año, uno de los más importantes es el que tendrá lugar en la Monumental Plaza de Toros de Las Ventas el próximo domingo 23 de marzo. Un festejo que tendrá como protagonistas a tres toreros con un concepto muy personal y a uno de los hierros con mayor predicamento en la plaza más importante del mundo. Se da así el pistoletazo de salida en Las Ventas a un 2025 donde las intensas lluvias se han convertido en las protagonistas este mes de marzo.
Si el tiempo no lo impide, a las seis en punto de la tarde el madrileño Rafael de Julia, el salmantino Damián Castaño y el jiennense Adrián de Torres trenzarán el paseíllo para lidiar un encierro muy serio de la divisa cacereña de Adolfo Martín. Una corrida con casi seis años que llegará al coso capitalino para medir el momento por el que pasan tres matadores de toros que ya el año pasado dejaron su sello en esta plaza.
Una serie de animales que no se podrán lidiar, por ejemplo, en San Isidro debido a la cercanía de muchos de éstos al final de la edad reglamentaria, de ahí lo imponente de sus estampas. Lo que está claro es que el aficionado disfrutará con una corrida plena de alicientes, ya que la empresa ha buscado a tres toreros con bagaje, con oficio y con arrestos, pero también con cierto aire de ‘pellizco’ que le ha dado al festejo un gran atractivo.
Ya avanzábamos, en un artículo publicado en enero que «los grises que guarda Adolfo en Los Alijares para el 23 de marzo tienen casi seis años, la boca entera, el morro negro, la cara abiertísima y las intenciones aviesas, como corresponde a su edad. Tienen las patas duras para volver sobre ellas, el cuello largo para buscar los pies y esa mirada de loco que los toreros no pueden obviar cada vez que tienen que encarar un cite«. Y así disfrutará Madrid de todo un emblema del campo bravo.