El siguiente vídeo se desarrolla en la finca La Ruiza, en término municipal de Niebla, Huelva. Allí están los míticos toros de Veragua, ejemplares de unas hechuras espectaculares y una variedad cromática muy variada. Podemos encontrar desde castaños a negros, pasando por coloraos y berrendos, sin olvidar el jabonero, pelaje que es santo y seña de la casa.
La faena que se desarrolla en la grabación consiste en llevar a su cercado a un novillo que se salió de éste; para ello son fundamentales los cabestros y la pericia tanto del ganadero, como del mayoral y los vaqueros. Para no tener que meter al novillo entre la camada de toros se decide llevarlo por dentro del cortijo, así se evitará cualquier tipo de contratiempo. Todo se hará pausado, con los bueyes amparando al animal. Con el toro bravo no valen carreras ni brusquedades, todo hay que hacerlo despacio.
El eral se encuentra junto a la marisma del tinto, el eral está en un cercado con los utreros, aparentemente traquilo, todo transcurre con cierta normalidad. El problema radica en que si pasa demasiado tiempo el eral puede hermanarse con los novillos, lo que dificultaría sacarlo de ese cercado. «Los cercados están divididos por edades, aquí no se mezclan, esto es como un colegio, cada uno tiene su clase» comentaba el ganadero. Igual que en la plaza, en el campo debe hacerse todo con temple, sino, vienen las complicaciones.
En primavera el animal suele inquietarse, se alteran mucho por el cambio de tiempo, e incluso se montan unos a otros, de ahí que puedan darse peleas. En este caso han derribado la alambrada que separa los dos cercados. No va a ser fácil sacarlo de donde está. La hierba es fresca, el cercado es grande y encima el posible hermanamiento con los utreros dificulta traerlo de vuelta a su cercado. La tranquilidad que se palpaba en el ambiente cambia cuando entran en liza los caballos, ahí los animales cambian y la manada se disgrega.
Tanto Tomás Prieto de la Cal como su mayoral saben como solventar esta situación, son momentos en los que los animales se vuelven imprevisibles, puede revolverse y provocar un accidente. Afortunadamente el novillo es muy noble y no da problemas. Como dijimos ahora toca que los bueyes arropen al novillo para que este se sienta cómodo, así se evita que el animal decida tomar otro camino. La faena acaba desarrollándose sin problemas, el eral ya se encuentra con sus hermanos de camada.
Sin duda son faenas de campo que si no se hacen como deben se pueden llegar a complicar, gracias a la pericia y el buen hacer de la gente de campo estas faenas no suelen acabar mal. Tener buenos caballos, conocer a los animales, sus querencias o incluso su carácter ayuda a realizar las faenas de una forma optima. Claro que siempre pueden aparecer problemas, pero se solventan si la preparación d ela gente de campo es la idónea. En La Ruiza saben muy bien como trabajar con el ganado.