REPORTAJE

La resurrección de los míticos toros del Conde de la Corte: «Buscamos que la pureza no riña con la consanguinidad»


martes 11 enero, 2022

Hablamos con Guillermo López, nieto de Luis López Ovando y de María Olea, e hijo de Agustín López Olea. Es la cuarta generación que toma las riendas de la ganadería de Conde de la Corte, y nos cuenta sus renovadas ideas.

Conde De La Corte
Toro de Conde de la Corte en la finca pacense. © C. C.

Son tiempos de cambio en el campo bravo, en el que las nuevas hornadas de jóvenes ganaderos se abren paso poco a poco. Han sido años de duro trabajo en la sombra, de aprender de sus mayores y de ir puliendo su concepto de ganadero. Este es el caso de Guillermo López Martínez, que con tan solo 27 años, ya es la cara visible de la nueva etapa iniciada por la histórica ganadería extremeña de Conde de la Corte. Licenciado en Económicas, asegura que se ha embarcado en este proyecto junto su padre, su tía y algunos de sus primos porque es algo que le han inculcado de pequeño.

Las lluvias caídas en estos días en ‘Los Bolsicos’, la finca familiar donde pastan los toros, hacen de sus cercados un tremendo espectáculo para los sentidos. Los astados del Conde de la Corte se encuentran lustrosos en tierras pacenses, incluso algunos ya rematados para poder lidiarse a principio de temporada. La lluvia no cayó mal por esta zona y, gracias a las suaves temperaturas y el sol reinante, los pastos han tomado vida propia.

Hablamos con un ganadero joven, ambicioso y con las ideas muy claras. Sabe qué tipo de toro quiere y hasta dónde llegar con él. Las prisas no son buenas consejeras, y en este caso correr más de la cuenta no le llevaría a ninguna buena meta. En el toreo todo se tiene que hacer despacio, ya que el toro en el campo requiere de un manejo templado, ese que se le nota a Guillermo cuando habla. Nieto de Luis López Ovando y María Olea, e hijo de Agustín López Olea, es la cuarta generación que toma las riendas de este emblemático hierro familiar.

La nueva etapa de Conde de la Corte: «Queremos mantener el encaste puro como se hizo hasta ahora»

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Los Bolsicos, la finca pacense donde pastan los toros. © C. C.

P- Hablar de Conde de la Corte es hacerlo de una de las ganaderías con más solera de campo bravo español. Supongo que este nuevo proyecto ganadero que emprendéis irá de la mano de una ilusión renovada y un amor por este tipo de toro.

R- Primero tenemos afición a la Fiesta, pero luego a la hora de criar el toro de lidia nosotros el toro que realmente queremos y nos gusta es el de este encaste, por eso lo que queremos es mantenerlo puro como se hizo hasta ahora. A mi alguna vez me han preguntado si alguna vez cambiaría de encaste, y sinceramente ni me lo planteo, ya que toda mi ilusión está volcada en este tipo de toro, si tomara otro camino ya nada sería igual.

P- Durante un tiempo se especuló con la venta de la ganadería a un ganadero del levante, esa que en algún medio se llegó a confirmar. ¿Fue tal la venta? o más un rumor que otra cosa.

R- En el 2015 hicimos un par de ventas, un ganadero adquirió vacas de vientre para formar su ganadería. Por suerte aquí siempre ha venido gente para comprar, pero no te hablo de ahora o de hace 10 años, sino durante toda nuestra trayectoria ganadera. Tras esas ventas nosotros nos quedamos con unas 80 vacas y ya en 2017 cuando decidimos volver a querer lidiar fuimos a buscar esas madres que habíamos vendido anteriormente para volver a recuperar parte de la carga genética que nos faltaba en casa. Las madres que adquirimos estaban todas herradas con el hierro de casa. Ahora nos estamos planteando otra punta de vaca que queda por allí y así cerrar el círculo.

P- Una carga genética importantísíma, y más para un hierro que no cuenta con un hato de vacas de gran número.

R- Al vender vacas es cierto que había alguna reata o familias que nos quedamos sin ella, pero no eran de las más importantes y fundamentales de la casa. Pero también es cierto que en una ganadería tan corta nunca está de más abrir esas familias. Nosotros ahora mismo tenemos un 80 o un 85% de las familias que había en casa entes de la venta, entonces en ese sentido hicimos una buena ampliación en la última compra.

100 vacas de vientre actualmente en Conde de la Corte: «Nos nutriremos de la pura selección de casa»

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Toro de Conde de la Corte en la finca pacense. © C. C.

P- Nos hablabas de que la ganadería está casi consolidada en un número de cabezas, ¿este es el camino a seguir? ¿Estáis teniendo algún problema a la hora de manteneros?

Nosotros ahora mismo estamos en algo más de 100 vacas de vientre, lo que queremos es que ya con esta punta de vacas que adquiramos próximamente cerrar el circulo. Nos nutriremos de la pura selección de casa. Para nosotros más que el número de vacas, lo que buscamos es que las parideras sean altas. Al tener una ganadería tan pura, la consanguinidad es un problema, esto que supone, pues que ese porcentaje de nacimientos no sea tan alto como desearíamos, y si se producen hay muchos abortos y malformaciones, de ahí que abrir líneas sea fundamental. ¿Qué se consigue con esto? Pues bajar dicha consanguinidad y conseguir una paridera alta.

P- Entiendo entonces que para evitar esa consanguinidad de la que me hablas tendréis que estrujaros la cabeza para subsanar el problema en casa sin buscar nada fuera que no esté en pureza.

Nosotros lo que hacemos es hacer lotes pequeños y usar muchos sementales, esto de que nos sirve, pues para ampliar familias y no cerrarte en un número determinado o más pequeño de ellas en cuanto a la que te da el padre. Con esto bajamos el porcentaje de consanguinidad sin tener que buscar fuera. Al ser una ganadería tan pura es la única manera que vemos de poder hacerlo.

«No nos obsesionamos con las plazas grandes a día de hoy»

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Entrada a la finca la finca. © C. C.

P- La pandemia azotó de una forma directa a los ganaderos de bravo, en vuestro caso ¿cómo lo estáis llevando?

R- Nosotros somos conscientes de los problemas que traer consigo esta pandemia. El número de festejos en estas próximas temporadas será menor, de ahí que todos tengamos que adaptarnos un poco al mercado. Es cierto que en nuestro caso no nos dio muy fuerte porque nosotros estamos arrastrando la paridera de esos años que estuvimos sin lidiar, en la cual los machos que teníamos o bien lo quemamos en casa o bien los vendíamos. Actualmente tenemos unos 10-15 toros en los cercados de casa. A partir del 2023 es cuando ya tendremos en torno a cinco festejos mayores.

P- Conde de la Corte es una ganadería referencia en el campo bravo, una divisa que tuvo un tiempo de impas para volver a tomar impulso, ¿qué objetivo os marcáis de cara al futuro?

R- Nuestro objetivo hoy en día es poder disfrutar de la ganadería, no nos obsesionamos con las plazas grandes, esas llegarán cuando nos lo merezcamos. Queremos ir a esas plazas donde se respete nuestro toro, nuestro tipo de toro. Por desgracia hay muchas plazas de primera donde se ha sacado el toro de tipo, parece que todos los animales tienen que pesar 600 kilos y eso no es así. Nosotros como esto simplemente lo tenemos como afición no estamos dispuestos por el echo de lidiar en una plaza importante sacar nuestro toro de tipo. A nosotros se nos pide tanto cumplir en los tres tercios como llevar un toro de gran volumen, y para embestir como queremos el animal tiene tiene que tener mucha casta.

P- Dentro de esa juventud que pide paso se encuentra una nueva hornada de ganaderos que con su trabajo en silencio se van ganando el respeto de los aficionados y las gentes del toro. Supongo que ser un nuevo eslabón de una casa ganadera con tanta solera dará algo de vértigo.

«Sé que el camino que marcaron mis antepasados es el correcto»

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Un toro con la casa de la finca al fondo. © C. C.

R- Yo me siento afortunado por poder estar donde estoy ahora mismo. Evidentemente uno siente la responsabilidad y el peso de un apellido, pero es lo que quiero y no voy a renunciar a ello. Yo tengo de referencia a mi abuelo, a mi padre, a mi tío…, y tengo la inmensa suerte de poder mirar atrás o al lado y ver su trabajo. Yo tengo 27 años, aún me queda mucho por aprender, pero sé que el camino que marcaron ellos es el correcto. Claro está que el toro de hoy no es el de hace 20, 30 o 60 años, hay que amoldarse a lo que se pide hoy en día, pero sin perder el sello que marcó esta casa ganadera. Hay que abrir un poco la mente ya que si yo pensara como lo hacía mi abuelo iría a contra corriente en muchos aspectos.

P- Se dice que el ganadero trata de transmitir en los genes que selecciona su propio concepto de la vida. Entiendo que ese concepto de toro va marcado por un tipo definido de embestida.

R- Así es, para nosotros es clave la entrega, tanto en el caballo como en la muleta. Es cierto que todo evoluciona, ante se primaba más el caballo sobre la muleta, ahora hay que buscar un toro que dure más en el último tercio. Nosotros llevamos las vacas entre 7 y 8 veces al caballo. Buscamos que siempre vaya de largo, que sea pronto, que vaya destapado, que empuje y que se emplee, pero también somos conscientes de que la muleta es esencial. Nosotros buscamos un toro con transmisión, que lo haga todo galopando y por abajo. Buscamos un toro con alegría, que tenga casta y a la vez nobleza, que la tome con clase pero que no sea tonto. Casi todos los ganaderos buscamos lo mismo, pero conseguirlo ya es más complicado.

P- Dicen que el torero además de serlo tiene que parecerlo, algo así debe pasar con el toro bravo, ¿está de acuerdo con dicha afirmación?

R- Yo creo que en ciertos aspectos el toro tiende a parecerse a su ganadero. Uno hereda y aprende lo que ve en su casa, aquí uno sabe como debe ser el toro de Conde de la Corte. La hechuras son muy importantes, como dices el toro además de ser lo tiene que parecerlo. Como te decía antes no vamos a ir a una plaza de primera a cualquier precio, el toro debe ser fiel a su encaste, todo lo que sea salirse de ahí acabaremos pegándolo.