La pandemia ha partido historias y la del novillero Rafael González es una de ellas. De prácticamente ser uno de los reyes del escalafón menor pasó al ostracismo más absoluto con una maldita lesión que, para más inri, agravó todo. Pasó de copar una temporada en la que cortó cinco orejas en la primera plaza del mundo y dos orejas en Sevilla -la de 2019- al olvido más injusto por parte de empresas y Ferias.
Ahora, Rafael González afronta su recta final en su carrera como novillero, una etapa larga y no fácil en la que, como hemos citado, también se topó con el percance que sufrió el pasado año que derivó en rotura de tibia y peroné mientras toreaba en la ganadería de Santos Alcalde.
Madrid, en su memoria y en su corazón, está en el objetivo principal del novillero. Recordemos que el currículum como novillero en esta plaza de Rafael González puede ser equiparado a dos nombres más en el último lustro: el de Tomás Rufo, ahora presente en las grandes Ferias tras cortar también las orejas en el mismo verano que Rafael González en Madrid y posteriormente triunfar en la Feria de Otoño con la novillada de Fuente Ymbro, y Gonzalo Caballero, que tuvo una laureada etapa novilleril en Las Ventas. Todo ello, amén de la Puerta Grande de Andrés Roca Rey en este coso en 2015.