Diego Ventura hará el próximo domingo el paseíllo en el coso de Illescas. Después de quedarse fuera de Ferias como Sevilla o San Isidro, la afición capitalina y de Castilla-La Mancha tiene la oportunidad de ver al caballero cigarrero en una de las Ferias con más atractivo del inicio de temporada. Antes de esa cita, hablamos con el torero a caballo, que nos narra sus sensaciones, el estado de su cuadra y sus grandes esperanzas en ésta para 2022.
«Disfruto de una cuadra muy completa, muy redonda y que se adapta mucho a mi personalidad»
En primer lugar, ¿cómo afrontas la tarde de Illescas en el prólogo de temporada?
Llego a ella en un momento bueno, de felicidad plena, de madurez y, sobre todo, con una cuadra al cien por cien entre los caballos más veteranos y los nuevos que voy incorporando. Ya son varios años toreando en Illescas y es una plaza a la que le tengo mucho cariño porque he disfrutado mucho en ella, en actuaciones que considero muy importantes.
¿En qué momento se encuentra la cuadra de Diego Ventura?
Yo diría que disfruto de una cuadra muy completa, muy redonda y que se adapta mucho a mi personalidad y a mi concepto, a esa manera de hacer las cosas que sigo buscando. Hay mucho equilibrio entre los caballos más nuevos y los veteranos, todos ellos rindiendo a un gran nivel, de mucha regularidad, lo que es muy difícil de conseguir, sobre todo, teniendo en cuenta que estoy toreando ganaderías de encastes muy diferentes, que someten a los caballos a tipos de embestidas cambiantes y también distintas. Tienen que ser, por tanto, caballos muy domados, muy hechos a mí, con mi sello… Se tiene que dar una serie de condicionantes que se cumplen y que, por ello, me hacen gozar de una cuadra que me llena como nunca.
¿Cuál es la gran esperanza de la cuadra de Diego Ventura esta temporada?
Diría que Nómada, que es hijo de Nazarí y que es un caballo especial. Es uno de los más especiales que he criado en muchos años por su personalidad dentro y fuera de la plaza. Es un caballo que bien podría ser de doma clásica, e incluso, que cualquiera persona montara, pero luego sale a la plaza y se expresa con una torería tremenda. Como criador, puede que sea uno de los caballos más importantes de cuantos han pasado por mis manos o han salido de mi casa.
Diego Ventura: «Anunciarme con Victorino o Torrestrella es un propósito que me ilusiona y que me motiva»
¿Planteas algún gesto especial de cara a lo largo de la temporada como ya has hecho, por ejemplo, diversificando encastes en las fechas en las que te has anunciado?
Ya lo estoy haciendo al anunciarme, por ejemplo, en las dos corridas que llevo con ganaderías de encastes poco frecuentes en el rejoneo como son los Veraguas de Prieto de la Cal o los Santa Coloma de Pallarés. Ya en sí mismas son gestas que, como figura, creo que estamos obligados a hacer para romper la monotonía del mismo encaste siempre. Llevo varios años luchando por ello, siendo el primero en predicar con el ejemplo y, por fin, parece que las empresas y los compañeros han entendido que tiene que ser así y, a lo largo de la temporada, voy a tener ocasión de lidiar toros de todos los encastes, de ganaderías que yo sepa que me pueden ayudar. Es el caso de Adolfo Martín, de Prieto de la Cal, de Pallarés, de Monteviejo, incluso, tengo la ilusión de anunciarme este año con alguna de Victorino o de Torrestrella, que me apetecen mucho. Es un propósito que me ilusiona y que me motiva.
¿Cómo ve Diego Ventura la situación actual del rejoneo teniendo en cuenta la coyuntura actual de la Fiesta? Salimos de una crisis pandémica y poco a poco las ferias crecen y vuelven a la normalidad, ¿qué ha fallado en el rejoneo para que no crezcan los festejos a caballo en las ferias? ¿Cómo solucionar este problema?
Lo veo en un momento que podríamos definir como de a mitad de camino. Es decir, por un lado, veo que nos sigue perjudicando mucho la práctica de los intercambios de toreros entre empresarios que son también apoderados, lo que, en no pocos casos, cierra la puerta a rejoneadores muy buenos e interesantes, que el público quiere ver y que sería muy bueno para todos que explotaran y ampliaran las opciones para hacer carteles diferentes. Hay compañeros que se están quedando fuera de las ferias con méritos para estar en ellas mientras que otros sí están una y otra vez en ese circuito principal aun cuando, lo dicen los hechos de cada uno, esa presencia no está tan justificada. Esto es al rejoneo a quien perjudica. Y es algo que se que piensan los profesionales, los apoderados, los empresarios, los medios, pero pocos se atreven a decirlo abiertamente. Se que sienta mal que yo me anuncie con las ganaderías con que lo estoy haciendo porque eso obliga a otros toreros a salir de su zona de confort, cuando estoy convencido que lo que ahora necesitamos todos es multiplicar los atractivos del toreo a caballo. Los carteles hay que rematarlos, darle al aficionado lo que pide y creo que no siempre se atiende a ello porque priman otros intereses. Si no priorizamos el interés del público, que es el que pasa por taquilla y por quien esto existe, vamos acortando el futuro…
¿Qué cree Diego Ventura que le falta y qué cree que le sobra al rejoneo en la actualidad y con la situación que atravesamos?
Uno de los grandes pecados que se comenten, como ya he apuntado antes, es la monotonía en los carteles y eso, claro, resta interés del público. Yo mismo me veo perjudicado por esta práctica, que me ha impedido debutar en ferias donde, por mi trayectoria, ya tendría que haber estado, pero se opta, en cambio, por repetir los carteles un año tras otro. Veo también que falta verdad a la hora de estar delante del toro, de hacer el toreo, de impregnar aquello de la sensación real de riesgo.
¿Una corrida como la de Adolfo el pasado año en Ávila es la fórmula perfecta para sostener una corrida de rejones aislada -sin una corrida de toros añadida en un contexto de feria- en una capital de provincia o plaza de importancia a lo largo de la temporada?
Lo de Ávila -como lo de Jaén- fue un acontecimiento muy especial que me reforzó en la idea y que se la transmitió a quien aún no lo hubiera visto de cuánta importancia puede tener el rejoneo cuando se le trata con grandeza, con verdad, haciendo las cosas bien. Todos sabemos que Ávila es una plaza que llevaba muchos sin llenarse y, en cambio, aquel día se agotó el papel. Eso sucede porque la gente quiere ver algo diferente, un toro con emoción, un espectáculo muy de verdad. Y puedo asegurar que no fue nada fácil para nosotros, los toreros, porque el de Adolfo, ya a caballo como a pie, es un toro de gran exigencia, pero que, en la misma medida, impregna de importancia cuanto se le hace y eso llega al público y convierte a ése en un espectáculo que nadie olvida.