La pandemia parece darnos una tregua y, con ella, los empresarios taurinos se mueven buscando animales para los festejos taurinos que organizan. Ésta se ha llevado al matadero a animales que tenían como destino la plaza; toros que podían lidiarse en Madrid han visto cómo su destino era una fría y oscura habitación. Otros no han corrido tan mala suerte y pese a que no tienen edad para lidiarse en una plaza, sí podrán al menos exhibirse por las calles en festejos populares. Ese es el caso de este imponente animal de seis años de la ganadería gaditana de Toros de Lagunajanda.
De pelo negro, herrado con número 13 y del guarismo del 6, ya sobrepasó los cinco años, por lo que no cumplirá aquello para lo que se le crió y no saldrá a un ruedo para luchar con nobleza y bravura por su vida. El sueño de sus ganaderos no se cumplirá, pero eso sí, tendrá como destino los festejos populares. Vivimos momentos en el que el romanticismo está muy bien, pero eso no te da de comer, y tras unos años en los que la cuesta se puso muy cuesta arriba no caben palmaditas en la espalda.
Un toro de Lagunajanda que dará oxígeno a la ganadería
Este imponente toro va a dar oxígeno a una ganadería que ve cómo los emolumentos cobrados por este imponente animal, en muchos casos mayores que los pagados en cualquier plaza de primera, van a cuadrar los números de una ganadería que gracias a las calles puede seguir criando toros para lidiarlos en cosos.
Son dos mundos con importantes diferencias pero con vasos comunicantes los que les hacen no vivir el uno sin el otro. Bien es cierto que el toro se selecciona para su lidia en una plaza y no para el festejo popular, pero este tipo de festejos es la tabla de salvación de muchas ganaderías que no lidian todo lo que quisieran. En caso de este toro de que hablamos hoy en día, su imponente estampa llamó poderosamente la atención, de ahí que al menos tenga la oportunidad de demostrar el fondo de su ganaderías o bien por unos recortadores en una plaza de toros en las calles de alguna de las localidades de nuestra piel de toro.
Así vive ‘Vuelvepiedra’ a pocos kilómetros del Mediterráneo
Uno de los toros más serios de la camada pero nada destartalado, bajo, fino de lomo y enseñando las palas de los pitones, algo que pese a su seriedad le da armonía. Actualmente se encuentra en uno de los cerrados de Jandilla, finca que da cobijo a los toros de Lagunajanda. A pocos kilómetros del mar Mediterráneo se encuentra esta histórica finca gaditana, la cual goza de un clima privilegiado el cual le da a sus pastos grandes beneficios de los que luego el toro se aprovecha.
‘Vuelvepiedra’ es de esos animales que desde que despuntó de eral ya dejaba a las claras que su destino no era una plaza en la que se busca un toro agradable, este toro tenía definido destino desde hace bastante tiempo. Ahora tras cumplir los seis años tendrá como destino las calles de Valencia, ojalá estos aficionados disfruten del juego de un toro de gran seriedad. Pronto saldrá del campo hacia tierras valencianas, le seguiremos la pista.