Tras dos años de pandemia en el que se vio una versión más fría de Roca Rey, en este 2022 viene con una fuerza especial tras un inicio de temporada en el que los primeros triunfos de la campaña han venido unidos de una gran rotundidad. Han sido tardes en las que se le ha visto una vuelta de tuerca a su toreo. La mano de Roberto Domínguez parece que está dando sus frutos tras un 2020 y un 2021 en el que las lesiones no ayudaron a ver su máxima versión. Un torero que el pasado año tuvo tardes de triunfos, pero que los consiguió más por su capacidad y su valor que por ese toreo que exhibió prepandemia, algo que sí ha mostrado al inicio del 2022.
Ese giro ya se vio en su último paseíllo en la Monumental Plaza México: allí le cortaría dos orejas a un toro de La Estancia con el que se vio ese toreo de mano baja y zapatillas asentadas. Antes, en Manizales pasearía tres orejas de su lote de Juan Bernardo Caicedo. Un comienzo de 2022 en el que el torero peruano ha conseguido imprimirle un sello diferencial a su toreo, en el cual la profundidad del muletazo vuelve a recordar a aquella que vimos antes de la lesión que le obligó a parar en plenos Sanfermines de Pamplona, una pena porque salvo la tarde de Sevilla del 10 de mayo en la que emergió el ciclón Aguado, su nivel estaba siendo altísimo.
Ocho rotundos paseíllos de inicio de temporada 2022 de Roca Rey
Llegó a Europa para trenzar ocho paseíllos durante el comienzo de temporada: Olivenza, Illescas, Cehegín, Valencia, Castellón, Almendralejo, Pozoblanco, Cabra y finalmente Arles. Plazas en los que se ha visto a ese Roca Rey que llevaban demandando los aficionados y en los que no solo contaba el triunfo. En un símil futbolístico no valía con ganar, sino que había que hacerlo jugando bien. Con este tipo de toreros la exigencia debe ser diaria, entre otras cosas porque sabemos lo que puede llegar a dar si se le aprieta un poquito, y Roca Rey es de esos toreros al que aún no se le ve techo. Un espada que como figura que es tiene que saber convivir con dicha crítica y con una presión que por otro lado siempre han tenido las figuras del toreo.
Pese verse esa evolución en su toreo y triunfar en plazas como Valencia, cortó una oreja tras una gran faena a un toro de Victoriano del Río, el aficionado esperaba su tarde en Arles, donde estaba acartelado junto a Antonio Ferrera y José María Manzanares. Un festejo en el que lidiarían astados de La Quinta, un hierro con el que ya había triunfado en Santander y con el que se volvía a ver las caras -por primera vez en Francia en corrida de toros-. Una tarde en la que demostró que definitivamente ya olvidó todo lo acontecido en pandemia, quitó de su cabeza esos fantasmas que merodeaban y que no le dejaban ser el mismo. Un día que marcará un antes y un después en su carrera, una plaza que se entregó al torero peruano tras dos faenas rotundas ante dos grandes toros.
‘Hornero’ y ‘Carcelero’ se cruzaron en el camino de un torero que anda con la hierba en la boca. Los toros de La Quinta fueron premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre en una tarde en la que Andrés paseó nada más y nada menos que cuatro orejas. Una ganadería que lleva varios años a un nivel altísimo. Sin duda ha sido la confirmación que Roca Rey ha recuperado su mejor versión, esa que ya fue mostrando en el inicio de temporada. Esa recuperación llega en el mejor momento con Sevilla y Madrid a la vuelta de la esquina, sin duda una gran noticia para el toreo.
Victoriano del Río en Sevilla y Madrid, Núñez del Cuvillo también en La Maestranza y Fuente Ymbro en Madrid son las ganaderías de las cuatro tardes que tiene el peruano por delante. Mayo se presenta intenso para un torero que en ese mismo mes está anunciado en plazas como Jerez de la Frontera con la corrida de Torrestrella y Córdoba con la de Álvaro Núñez. Sin duda la expectación se acrecienta por ver a un toro que vuelve a encontrar ese punto con el que encandiló a público y aficionados. La primavera explota y con ella la mejor versión de Andrés Roca Rey.