Los protagonistas principales de una corrida de toros son el toro y el torero; detrás de ellos están sus hombres de confianza, banderilleros y picadores que con su buen hacer ayudan a ahormar la embestida de los toros. Pero detrás de todos ellos hay personajes esenciales para el buen funcionamiento de la plaza. Ese trabajo que muchas veces no se ve, pero que es fundamental. Si en el fútbol se cuida con mimo el césped, en los toros es esencial que el ruedo esté en perfectas condiciones para la lidia de los astados. Ese trabajo recae en los areneros, encargados de adecentar ese ruedo.
Hoy queremos conocer a Ana Vanessa Fernández Martín, la primera arenera de Las Ventas, que con su esfuerzo ha pasado desde la parte alta de los tendidos a cumplir una función básica en el callejón de la plaza. Gran aficionada a los toros desde muy joven, la cual conoce la Monumental plaza de Las Ventas al dedillo. Hablamos con ella.
En primer lugar, ¿por qué has decidido ser arenera? ¿Cuál es tu vocación taurina?
Desde que entré a trabajar en la plaza, hace ya 20 años, siempre me llamó la atención ver el toro de cerca. No fue nada fácil, ya que éramos las primeras mujeres, sin tener en cuenta a las señoras que trabajaban en los aseos. Recuerdo que siendo suplente, se nos prohibía pisar el callejón. No podíamos cubrir ese puesto aunque quisiéramos. No éramos muchas las que luchamos en vano por conseguirlo. Fue gracias a la antigüedad lo que hizo que hace ya algunos años atrás pudiera ser recibidora de barreras y por fin, poder ver la lidia desde abajo. Cambia mucho, se disfruta de una manera totalmente distinta que desde un tendido. Una vez en el callejón, el siguiente reto era hacer el paseíllo en las Ventas y disfrutar de la faena con otras funciones, como es el ruedo. Entonces comencé a solicitar el cambio de categoría. Han sido muchos años esperando que se produjera este momento. Por fin llegó el día de la goyesca. No ha podido ser antes debido a que aún no me habían confeccionado el traje de arenera.
¿Qué toreros y ganaderías son los que más te han emocionado en tu vida como aficionada?
Siempre recordaré la impresión que me daban de muy joven los Miura o Victorinos. Me parecían de una presencia fascinante. Los tenía mucho respeto. Una vez pasado el tiempo, con más experiencia, tengo que decir que todas las ganaderías sufren altibajos, como todo en la vida y cada tarde es distinta a otra. Cada día voy a trabajar, esperando ver un gran espectáculo pero esto por desgracia no siempre ocurre.
¿Cómo ves el papel de la mujer en el mundo del toro?
Como explicaba antes, a pesar de haber pasado 20 años y lo veo desde dentro, no hemos avanzado mucho. Es un mundo de hombres, donde puedes escuchar comentarios de todo tipo. Creo que lo importante es demostrar con nuestro trabajo que estamos ahí y podemos conseguir lo que nos propongamos, aunque no nos lo hayan puesto fácil.
¿Qué esperas de la Feria de San Isidro y cómo ha sido tu primera experiencia como arenera?
Espero que sea una feria donde la afición se entregue y recuperemos este tiempo perdido por la pandemia. Estoy segura que habrá muchas tardes de lleno y espero disfrutar de grandes faenas devolviendo a la fiesta taurina el espacio que se merece. Mi primer paseillo ha sido muy especial pero estoy segura que los demás también lo serán. Estaba un poco nerviosa pero al mismo tiempo sentía que estaba en casa. Prácticamente la mitad de mi vida la he pasado en las Ventas, sin dejar pasar una sola temporada.
He recibido con mucho cariño las felicitaciones de mis compañeros por el cambio de puesto.