Hace algunos años, Alejandro Talavante estuvo presente en el programa Late Motiv, con Andreu Buenafuente al frente, un espacio de humor y entrevistas en las que acudían personajes de actualidad. En esta ocasión uno de los protagonistas era el diestro extremeño, que acudía a pecho descubierto a un programa en prime time en el canal Zero de Movistar.
Por amistades en comunes entre el presentador y humorista catalán y el torero extremeño, se llevó a cabo una entretenida entrevista en la que el público de este programa pudo conocer en primera mano a un torero diferente y alejado de los clichés del mundo del toro. Se fue desgranando la vida de Alejandro hasta llegar a un punto en el que salió a colación la figura de su gran mentor, Antonio Corbacho, un hombre que ayudó y llevó la carrera de Talavante desde novillero hasta tomada la alternativa.
Así habló Alejandro Talavante de Antonio Corbacho y desveló esta anécdota
Andreu Buenafuente- Hay un camino larguísimo y un encuentro con un personaje, al menos cuando me lo contaste me impresionó mucho, con un hombre clave en tu carrera, ¿no? Se llama Antonio Corbacho.
Alejandro Talavante- Sí, una persona que no solo me enseñó la técnica del toreo, fue quizá en lo que menos influyó en mí, sino en la filosofía de vida y el saber que realmente la confrontación del toro era un ejercicio de verdadero juicio final.
¿En qué sentido juicio final? ¿En que podía acabar todo?
O empezar todo (se ríe), sobre todo me dio la sensación de tener al toro como una especie de espejo reflejo en el que yo pudiera mirar todos mis defectos, pero también alguna que otra virtud.
Ya, pero Corbacho un personaje muy especial, ¿no? Ya no está entre nosotros, era el hombre que estaba también detrás del fenómeno José Tomás en sus inicios, por eso tú también dices; «Bueno me creo a este señor, ¿no?»
Sí, todo venía dado, mi admiración por José Tomás me hizo creer en Antonio desde el minuto cero, lo cual él aprovecho para bueno para empezar a contarme la filosofía de Mishima, que yo con esa edad pues no tenía ni idea, y del compromiso y la actitud del Samurái antes ante la muerte, ¿no? O ante esa confrontación. Para eso me he llevado una aldea apartada de todo con 17 años y. allí me tuvo 5 años y de hecho muchos de esos conocimientos y de muchas palabras que no entendía ahora siguen germinando y desarrollándose en mí.
O sea, cinco años en una aldea con 17 años y tus amigos por ahí de copas, ¿eh?
Y de otras cosas (se ríe).
Y otras cosas, claro, claro. Yo no conozco a tus amigos, pero me lo puedo imaginar. Entonces… no lo digo porque te tienes que tener mucho lo que está pasando como para decirte está bien ese sufrimiento sin saber lo que te va a traer después.
No, para mí entonces no era sufrimiento, era sufrimiento cuando terminaba de entrenar y no tenía nada que hacer y tenía que, no sé, a lo mejor desglosar qué es lo que comía una oveja, que era lo que él tenía por allí y tenía que rellenar ese tiempo, pero desde luego dejó algo en mí que sin lugar a duda hoy en día en la plaza me sirve para para conocer el sitio y para sufrir cada vez que no lo piso.
Más sobre el diestro extremeño y Corbacho
El pasado invierno el diestro extremeño acudía a la sede de la Asociación El Toro de Madrid en el cierre de las tertulias invernales. Allí habló también de la figura de Antonio Corbacho, hombre fundamental en su carrera, contando una anécdota que resume a la perfección la forma de ser de un hombre que marcó un antes y un después en la carrera de Talavante.