Morante de la Puebla desató la locura en la primera plaza del mundo el pasado miércoles en la tradicional Corrida de la Prensa. Si en su primero mostró total disposición y entrega ante un toro de excelsa clase, con el cuarto no se dio coba al tener delante a un astado salmantino que nunca quiso empujar hacia adelante y que todo lo hizo con genio. En más de una ocasión hemos dicho que José Antonio es un espada diferente al resto: un torero genial en sus formas y en su fondo, pero también un diestro que sabe aguantar con aplomo las broncas cuando abrevia con un animal.
El de la Puebla del Río se metió a la afición venteña en el bolsillo en su recibo de capa al primero, toro al que toreó con las palmas y la cintura en una baldosa. Lances que llegaron con enorme fuerza a los tendidos, antes de dibujar un trasteo de excelsa suavidad, una faena de asentamiento y temple en sus muñecas ante un animal, medido de fortaleza, pero con un extraordinario fondo de clase que propició el abandono del sevillano
El sevillano, amén de torear como todos sueñan, también tuvo tiempo para dejar una de las instantáneas de la Feria —y, por qué no, de la temporada— al salir a hacerle un quite a cuerpo limpio a José María Amores a la salida de un par de banderillas: un quiebro con reminiscencias gallistas que provocó una cerrada ovación de una plaza llena a reventar. Unos tendidos que se frotaban los ojos tras presenciar una de las mejores faenas de este espada en Madrid.
Pero al cuarto no quiso verlo. No por obcecamiento ni falta de ganas del torero, sino porque poco se podía hacer con un animal tan ingrato y esaborío. Toro al que le quitó las moscas con una estocada baja. Aguantó la bronca de forma muy torera, hasta que gran parte del respetable lo despidió con una ovación, tras ser conscientes de que era imposible repetir aquello que habían visto en el primero.
Pero no todos los que sentaban sus posaderas en la piedra venteña parecieron entenderlo. Uno de ellos fue un señor que ocupaba uno de los escaños más altos del tendido 1, ese que, tras formar un espectáculo, acabaría abandonando los tendidos a falta de dos toros. «Es un genio. Ha provocado un altercado en el alto del 1 y ha hecho que la policía se lleve a un tipo que se ha quitado la camiseta y la ha ondeado con ganas, antes de lloverle un par de leñazos. Morante resucita todas las tauromaquias, no hay duda», publicaba en su red social X el periodista Javier F. Mardomingo, tras grabar el momento en el que varios agentes de la Policía Nacional sacaban del tendido al citado sujeto.
Una publicación que tuvo varias interacciones, entre ellas la de un aficionado que se encontraba muy cerca del susodicho: «Se ha estado tocando sus partes a lo Jon Cobra durante un buen rato. Y no sé si se fijó, pero cayó una almohadilla en esa zona y todas las miradas iban a él», explicaba Burdeos y Azabache. Una situación desagradable por parte de un ¿aficionado? que no mantuvo las formas, pese a saber que estaba en un lugar donde un comportamiento así te puede llevar a ser sacado por la fuerza de la plaza.
Es un genio.
Ha provocado un altercado en el alto del 1 y ha hecho que la policía se lleve a un tipo que se ha quitado la camiseta y la ha ondeado con ganas antes de lloverle un par de leñazos.
Morante resucita todas las tauromaquias, no hay duda. pic.twitter.com/eLtFenYG2E
— Javier F. Mardomingo (@jfmardomingo) May 28, 2025