El campo de Andalucía la Baja guarda tradiciones y rituales hondos y secretos y uno de ellos es el de guardar luto en los días de Semana Santa con el silencio de los bueyes en sus labores diarias con el toro bravo, para las que algunos ganaderos les quitan a los cabestros sus inseparables cencerros. Esto también ocurre cuando en el campo es día de luto, es decir, cuando fallece alguien cercano; ahí también es momento de desprender de los mismos a los mansos y dejar en silencio la dehesa.
En ganaderías como Torrealta, Miura o Santiago Domecq se sigue realizando esta tradición que cada año se cumple a rajatabla, y por ello esta primera publicó la pasada semana en redes varias imágenes acompañadas del siguiente texto: «Como es tradición en nuestra casa, durante toda la Semana Santa, nuestros bueyes harán sus labores sin los cencerros en señal de luto por la Pasión de Cristo».
Como es tradición en nuestra casa, durante toda la Semana Santa, nuestros bueyes harán sus labores sin los cencerros en señal de luto por la Pasión de Cristo. pic.twitter.com/hBTykUkae5
— Torrealta (@torrealta_) April 2, 2023
Pero el hecho de desarmar de sus cencerros a los mansos no es algo que únicamente se haga en estas fechas; también al acabar la temporada muchos son los ganaderos que dejan libres a los cabestros para que descansen del peso de éstos. Son fechas donde se aprovecha para limpiar a conciencia estos utensilios y volver a colocárselos cuando la temporada salga por el horizonte. Son tradiciones que se siguen estrictamente en muchas ganaderías y que con los años no han perdido su vigencia.
«Un Jueves Santo más, quitamos los cencerros a los bueyes en señal de luto y respeto por la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo«, publicó en su cuenta de Instagram la ganadería de Santiago Domecq, un vídeo de 2022. «Los ritos del campo bravo. La tradición ganadera determina que el Viernes Santo hay que quitarles los cencerros a los bueyes para que vuelvan a sonar el Domingo de Resurrección. También se quitan en señal de luto cuando muere un vaquero o el ganadero.«, añadía.
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Otra de las ganaderías que continúa con esta tradición es la jiennense de Valdepeña, la cual contestó al post de la Fundación Toro de Lidia en el que recordó estas imágenes con el siguiente mensaje: «Eso mismo hemos hecho nosotros esta mañana. El Domingo de Resurrección, si Dios quiere, volverán de nuevo a sonar. ¡Laus Deo!». Una tradición muy arraigada en varios puntos de nuestra piel de toro que cobra gran protagonismo en estas fechas tan señaladas.
Los cencerros en los cabestros cumplen un papel primordial en la función de los mansos de andar con el ganado bravo en su manejo, en el campo, en labores como el apartado y embarque para su lidia y, en la plaza, para amparar a las reses que son devueltas a los corrales. Son compañeros inseparables de los animales bravos desde pequeños, los cuales confían ciegamente en ellos cuando los ven aparecer. Su unión es indispensable en el campo bravo