PAMPLONA

La razón por la que Adolfo Martín ya no lidia en Pamplona


sábado 12 julio, 2025

Cuatro han sido las corridas que ha lidiado en Pamplona el hierro asentado en la finca 'Los Alijares', la última en 2014

Adolfo
Dos toros de Adolfo Martín el pasado San Isidro. © Pablo Ramos

Durante los últimos años, muchas ganaderías señeras de nuestra piel de toro han ido desapareciendo paulatinamente de esas ferias taurinas donde antes eran habituales, llegando algunas de ellas incluso a extinguirse tras verse orilladas por el sistema: Cebada Gago, Palha, Cuadri, Conde de la Maza, Gavira, Guardiola —en sus diferentes hierros y encastes—, Manolo González o Torrestrella, entre otras. Salvo excepciones puntuales en plazas como Pamplona o Madrid, la subsistencia para muchas de ellas se encuentra en Francia o en las calles; fuera de ahí, el camino se les antoja complicado.

Estas divisas, antaño fundamentales para mantener la diversidad y la emoción de la Fiesta, han visto cómo se dejaba de contar con ellas. Su propuesta ganadera ha dejado de ser apreciada en un circuito que, desde hace tiempo, apostó por otros hierros. Como se citó anteriormente, muchos ganaderos, al ver el panorama, optaron por abandonar, dejando atrás décadas de historia y triunfos que permitieron el ascenso de toreros dispuestos a jugarse la vida, mientras que otros aún luchan por mantenerse al pie del cañón, ilusionados con los nuevos productos que van surgiendo dentro de la ganadería.

Adolfo
Un toro de Adolfo Martín antes de un sorteo. © Plaza 1

Entre las pocas ganaderías —fuera del encaste Domecq— que siguen anunciadas en las ferias de mayor boato, destaca un reducido grupo fiel al encaste Albaserrada. Tres hierros —Victorino Martín, Adolfo Martín y José Escolar— siguen apostando por la emoción y la autenticidad del toro bravo. Pamplona, a través de su Feria del Toro, ha sido una de las pocas plazas que les ha seguido dando su sitio, reconociendo el valor de esta sangre brava en un espectáculo que se sustenta en la emoción.

Adolfo Martín debutó en Pamplona en 1999 y ha regresado en contadas ocasiones, ofreciendo siempre corridas de impecable presentación y exigente juego. Su hierro ha lidiado en apenas cuatro ediciones —la última en 2014—, una serie de tardes que no acabaron de valerle para convertirse en un fijo del abono. Son animales que, aunque duros, también se entregan cuando encuentran delante a un torero dispuesto a cruzar la línea y jugarse la femoral. En 2005 debutaría Victorino Martín, haciendo lo propio José Escolar en 2015, única de las tres vacadas que logró asentarse en Pamplona.

José Escolar ha conseguido mantenerse como referencia del encaste Albaserrada gracias a la seriedad de sus toros y a la expectación que genera su presencia. Su consolidación en Pamplona ha desplazado, al menos temporalmente, tanto a Victorino como a Adolfo Martín, que, si bien siguen anunciados en otras ferias —incluso en carteles de figuras—, han visto cómo una competencia directa les ha cerrado momentáneamente las puertas de uno de los seriales más importantes del calendario taurino.