MADRID

El ritual que hicieron con los caballos de picar de Las Ventas tras la puerta grande de Morante


lunes 9 junio, 2025

Los equinos de la cuadra de Equigarce tuvieron la oportunidad de saltar al ruedo una vez finalizó el último festejo de la Feria de San Isidro

Caballos Madrid
Morante, a hombros tras triunfar en la Corrida de Beneficencia y, a la izquierda, los caballos de Equigarce en el ruedo de Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo e Instagram

Con la Feria de San Isidro recién finalizada, son muchos los aficionados que ya esperan el festejo del próximo domingo en la primera plaza del mundo: una corrida de toros en la que se anuncian el murciano Paco Ureña, el cacereño Emilio de Justo y el sevillano Borja Jiménez, con toros de Victorino Martín. Pese a que seguirán celebrándose espectáculos taurinos hasta el mes de octubre, muchos aficionados sienten ya la melancolía de una feria que se les ha escapado.

Con Morante de la Puebla siendo izado en hombros camino del hotel, la primera plaza del mundo fue poco a poco despoblándose de público, facilitando así el trabajo de los operarios de plaza. Un trabajo que merece su merecido aplauso tras casi un mes de festejos en la plaza más importante del mundo. Reconocimiento que también recibieron los animales de la cuadra Equigarce, cuando fueron soltados en el ruedo una vez finalizadas sus labores en la Feria.

Imágenes que fueron compartidas desde la citada cuadra en redes sociales, acompañadas del siguiente mensaje: “¡Gracias por volver a dar lo mejor que lleváis dentro… Toreros de Alma y Corazón!”. Unas palabras que iban acompañadas de un vídeo en el que se podía ver a los animales disfrutar de un rato de libertad en ese mismo ruedo donde, minutos antes, habían desempeñado con destreza el trabajo para el que están domados.

 
 
 
 
 
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Como ya explicamos en un artículo publicado en este medio hace varios días, desde hace tiempo los aficionados más exigentes de la primera plaza del mundo se han estado quejando de cómo se viene realizando la suerte de varas por parte de los piqueros: si se pica al animal en su sitio, si se mide el castigo o si se respeta al toro en esta parte fundamental de la lidia. Un tercio que sirve para ahormar al toro de cara a la faena de muleta y para que este sangre y se descongestione.

Pero últimamente el debate se ha reavivado por una cuestión que va más allá de la forma de ejecutar la suerte por parte de los varilargueros: el volumen descomunal de los caballos. Especialmente en plazas como Madrid, esto ha provocado la queja de gran parte de los aficionados que cada día se sientan en los escaños de la primera plaza del mundo. Auténticas paredes que impiden al toro pelear en igualdad. Se pierde emoción. Se pierde verdad. Y con ello, se desdibuja el tercio más revelador de la lidia.