El hierro de Juan Manuel Criado es, sin duda, una de esas vacadas que le da lustre a la dehesa extremeña, un hierro con una simiente de gran calidad que en los últimos años ha ido encontrando una regularidad que años atrás no había tenido. Gracias a la ardua selección llevada a cabo por la familia Criado se ha llegado a un tipo de animal mucho más definido en su comportamiento. Animales que pastan en la finca Coto Mayor de Vera, en las cercanías de Mérida, Badajoz, una tierra donde el número de vacadas es muy extenso.
150 vacas de vientre y 17 sementales en casa de Juan Manuel Criado
Actualmente, cuenta con unas 150 vacas de vientre y 17 sementales para ampliar el abanico familiar y evitar la temida consanguinidad, tal y como nos relata, Carlos Criado, padre de Manuel Criado de Cabo, e hijo del fundador de la vacada. Una explotación ganadera que levan padre el hijo, una nueva etapa en un hierro que da pasos adelante de cara a una temporada donde le esperan retos importantes.
Pasear por la finca es un lujo para los sentidos, los cercados están repleto de pasto gracias a las lluvias caídas desde la finalización del verano, siendo estas más intensas según avanzó el otoño. La llegada del invierno le dio un empujar a una finca muy agradecida, esa que disfrutan tanto las vacas como los erales, añojos y utreros, privándose del frescor de la hierba a unos toros de saca que deben alimentarse con pienso, de lo contrario no se rematarán como es debido de cara a su lidia en la plaza.
«Aquí la seriedad va ligada a las hechuras»
Una camada muy pareja con toros válidos para cualquier tipo de plaza, teniendo algunos su destino fijado en los festejos populares celebrados en la zona de Levante. «La camada es preciosa como habéis podido ver. Aquí la seriedad va ligada a las hechuras. Iremos a una plaza de primera con tres astados; tenemos algún sobrero probablemente para Madrid, así como toros para las calles. También tenemos una corrida de toros buena de plaza de segunda, para mi gusto es perfecta«, nos comentaba Manuel Criado de Cabo.
«También tenemos un número importante de novillos. Tenemos una novillada picada que lidiaremos en el mes de septiembre, además del festival de Ciudad Rodrigo de la próxima semana. La camada se compone de unos 30 toros, creo que es número idóneo según está la situación actual de la fiesta«, exponía.
Divisa que hace unos años cambió el plan trazado hace un par de lustros, ese que les llevó a lidiar únicamente festejos menores. “Volvimos a lidiar corridas de toros hace dos años, ya que habíamos dejado de lidiar corridas en 2013. Empezamos a sacar nuevos sementales y a cambiar el concepto, fuimos conscientes que había que dar un paso más y buscar un toro que se adaptara mejor a los tiempos, manteniendo la base que había en casa”.
«Debutamos en Saint-Gilles, en Francia, con corrida de toros en 2022, y el año pasado lidiamos en Bayona, Almería y Utiel, tres corridas de toros en una temporada de crecimiento en todos los sentidos. Este año es el tercero que lidiamos corridas de toros, un año donde habrá toros de nuevos sementales que nos ilusionan mucho por lo visto tanto en hembras como en machos, ojalá este 2024 podamos disfrutar de su bravura y nobleza en el ruedo«, añade Criado.
Se trata de un hierro que ha dado un paso adelante en los últimos años de la mano de padre e hijo, una unión que parece no tener fisuras. Manuel sabe que aún le queda mucho que aprender, mostrándose agradecido por la confianza mostrada por su padre. «Si no hay alguien realmente con afición en la familia por debajo, la historia ganadera familiar se acaba. Es bonito trabajar junto a mi padre. Esta ganadería es propiedad de la familia, de todos mis tíos. Yo soy veterinario junto a mi padre y estamos al frente del proyecto; es precioso. El futuro lo veo muy ilusionante. Todo lo que llevamos viendo en los últimos tres años«, finaliza.
FOTOGALERÍA PABLO RAMOS