CAMPO BRAVO

«Toros de El Torero», la historia de una ganadería de gran personalidad: ¿Quién es Lola Domecq?


miércoles 22 mayo, 2024

La de El Torero se trata de una vacada histórica del campo bravo que vuelve a Madrid este miércoles en uno de esos carteles que gusta al aficionado

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Un toro de El Torero para este miércoles y, a la derecha, la ganadera en un tentadero. © Plaza 1

En la tarde de hoy lidia en la primera plaza del mundo una de las divisas más importantes del campo bravo, una de esas vacadas entroncadas en la sangre Domecq de la que se han nutrido a lo largo del tiempo un número importante de ganaderías. La divisa situada en el término municipal de El Bosque era, y sigue siendo, la despensa de la casta de todos aquellos ganaderos que buscan esa chispa que hiciera prender de nuevo la mecha.

Salvador Domecq y Díez era uno de los cuatro hijos varones que tuvo Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, el cual tras la muerte de su padre en 1937 heredó junto a sus hermanos la divisa familiar, momento en el Juan Pedro Domecq pasa a hacerse cargo de la administración de la misma al ser el primogénito. El citado Juan Pedro, Salvador y tío Perico, como se le conocía a Pedro Domecq siguieron ligados al proyecto familiar, por su parte, Álvaro tomó su propio camino y traspasó su parte a su hermano Salvador, que posteriormente vendió -bajo el paraguas familiar- a José Enrique Calderón Serrano, manteniéndola este hasta su muerte en 1946.

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Uno de los toros de El Torero que se lidiarán este miércoles en Las Ventas. © Plaza 1

Tras divisiones familiares uno de los lotes caen en manos de Salvador Algarra, siendo adquirida posteriormente por Salvador Domecq y Díez para refrescar simiente en la ganadería familiar anunciada como “Juan Pedro Domecq y hermanos”. Sería en 1968 cuando este se separa de sus hermanos para formar su propia vacada con aquellas reses que le fueron otorgadas por sorteo. Una ganadería que pasa denominarse como “Toros de El Torero”, marcando a sus animales con el hierro ducal, pero cambiando la V por una T. Con el tiempo le fue dando su personalidad a una divisa que fue cosechando triunfos gracias al buen juego de unos animales con mayor picante que los seleccionados por sus hermanos.

A la muerte de Salvador Domecq y Díaz en 2002 se hace un reparto de la vacada, correspondiendo una cuarta parte de la misma a Lola Domecq, actual propietaria de la ganadería que fundó su padre. Ésta se quedó con el hierro de “Toros de El Torero” asentándose en la finca “Salinas de Hortales”. Las dos cuartas partes fueron a parar a María Domecq (Toros de Lagunajanda) y Salvador Domecq (Toros de Salvador Domecq), ganaderos que a día de hoy siguen apostando por un toro de gran personalidad. La cuarta parte restante sería adquirida por Victoriano del Río y Santiago Domecq, los cuales se hicieron con los animales correspondientes al difunto Francisco Domecq Sainz de Rozas.

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Otro de los toros de El Torero que se lidiarán este miércoles en Las Ventas. © Plaza 1

Más de 20 años después de la división familiar, Lola Domecq sigue al mando de una vacada que cuenta con uno de los mayorales más experimentados del campo bravo andaluz, un Manuel Serván que es la cabeza visible de un hierro que ha alcanzado una regularidad notoria debido a los buenos resultados cosechados años atrás. Una ganadera que prefiere mantenerse apartada de los focos dejándole estos a un mayoral que siempre ha ejercido las labores de comercial.

Hierro que vuelve a Madrid un nuevo San Isidro, ese que ya lidió una corrida el pasado año sin dar esta el juego que todos esperaban. Pese a ello en esta casa ganadera confían ciegamente en los toros que se lidiarán esta tarde, esos que por reatas deben dar un gran espectáculo en la primera plaza del mundo. Tanto los toreros como su ganadera y el citado mayoral confían en que se repitan triunfos pasados como los conseguidos por Sebastián Castella o Paco Ureña tras cortar oreja en dos faenas de gran calado en los tendidos.

“Lenguadito” y “Ojibello” lidiados en 2015 y 2016 respectivamente son el tipo de toro que buscan en una casa donde la exigencia no se negocia, un tipo de animal bravo y repetidor, pero con un importante fondo de nobleza que contribuye al triunfo del torero si este consigue sacarle al animal todo lo que lleva dentro. Animales que se unen a otros como “Espárrago” al que Ginés Marín le paseó las dos orejas el pasado año en Sevilla, “Sextante” astado premiado con la vuelta al ruedo y al que Andrés Roca Rey le cortó las dos orejas o “Toledano” indultado por Pablo Aguado en Morón de la Frontera.