CAMPP BRAVO

Javier Núñez ‘desentierra’ una carta sobre la sequía de 1917 que acabó con 500 vacas en Azícar y una depresión trágica para su bisabuelo


domingo 28 mayo, 2023

Javier Núñez, ganadero del hierro gaditano de La Palmosilla, publica una carta de su bisabuelo y las trágicas consecuencias en su familia tras la sequía de 1917.

Vaca Carta
Una vaca brava en una imagen de archivo y, a la izquierda, la carta. © J. J. Diago

Los actuales son momentos complicados para los ganaderos de lidia. Son meses en los que hay que apretar los dientes e intentar buscar esas materias primas que no mermen la capacidad del toro bravo a la hora de su remate y pues a punto para la plaza, pero que sí, al menos, puedan hacer respirar las cuentas del ganadero reorganizando dicha alimentación. Siempre se ha dicho que el enemigo principal del toro es el calor, los mosquitos y los insectos, pero ahora hay otro mucho más temido, sobre todo por los animales y los ganaderos: la sequía.

El campo hace semanas que perdió ese color que le da la primavera para pasar al crudo verano. Las temperaturas superiores a los 30 grados acabaron por reventar dicha estación. Una sequía que se prolonga desde hace más de dos años y que está ahogando a unos ganaderos que siguen peleando por sacar adelante a sus explotaciones. Momentos muy complicados para aquellos que viven de la tierra, sin duda un ciclo que supera con creces a aquel que se dio coincidiendo con la EXPO del 92 celebrada en la capital hispalense y de la que se cumplen más de 30 años.

Pero esto de la sequía no es algo que se esté dando de forma puntual en estos años, sino que es algo cíclico; ya en el siglo XX, España vivió momentos muy parecidos de los que apenas hay registros. Por eso, Javier Núñez ha publicado en sus redes una carta que su bisabuelo Marcos Núñez Reynoso envíó a tía Lorenza con motivo de una alarmante sequía y que transcribimos íntegramente para que todos los aficionados al mundo del toro conozcan esta historia que vuelve a estar de actualidad más de 100 años después.

La carta sobre la sequía en el campo bravo hace más de un siglo

Palmosilla
Dos toros de La Palmosilla en su finca. © L. P.

Acicar 25/11/1917

Mi muy querida Lorenza: con mucho gusto contesto tu cariñosa carta de ayer, hoy domingo, y hora cuatro de la tarde, en que me figuro verte hablar con mamá y jugar con Nin, que estará como siempre hecho un encanto; esta mañana temprano salió Marquitos en el coche nuestro hasta Chiclana y sondeo. Allí pensaba continuar a esa para sorprenderte lo mismo que a Mariano; ya deseo muchísimo verlos entrar a todos, pues es la primera vez que a los 51, viaja mamá sin acompañarla, yo extraño bastante la separación.

Esto te demostrará que no ha sido capricho ni falta de deseos de veros, el quedarme aquí, sino que la calamidad del ganado es abrumadora, y hay que estar, como suele decirse al pie del cañón, para tomar medidas sobre el terreno, y evitar sea muy grande la mortalidad del mismo; ayer precisamente, recibí un telegrama de Vejer proponiéndome una partida de granos. Hoy mismo mandé a un guarda a caballo para que la compre enseguida, antes que llegue otro y lo haga, pues están muy escasos, no obstante costará un dineral; hace dos días mandé a Ardaya para que viese una dehesa donde dicen hay alguna hierba (no lo creo) para que la arriende caso de convenirnos: y así muchas cosas más, que no podría haber hecho desde esas.

Ya únicamente quedan días para las vacaciones, y entonces Dios mediante, tendré tiempo de resarcirme de la poquilla envidia que a mamá he tenido en estos días, volviéndolos aquí todos reunidos. Supongo que Marquitos os contará sus excursiones de estos días con Carlos, pues no han dejado de ir un día a Casma y La Zarzuela.

La historia tras esta carta, narrada por Javier Núñez

La Palmosilla
Un toro de La Palmosilla en una imagen de archivo. © J. N.

«A mi bisabuelo, titular de mi hierro, ese año se le murieron 500 vacas en Azical, la mejor finca de España. En esa finca él entró en una depresión y se murió al año siguiente con 52 años. Fue un desastre, lo que te demuestra que estas cosas son cíclicas y que el hombre tiene poco efecto en el clima; hay muchas cosas que influyen más en el clima que la acción del hombre. Un volcán, por ejemplo, contamina más que toda la industria europea. Y de años de extrema sequía, luego vienen años de gran abundancia«, comentaba Javier Núñez en declaraciones a este medio.

Lo que sí es cierto es que hay en zonas de España que no llovía hasta hace unos días desde el mes de febrero y eso es un problema gravísimo. Ahora, la falta de agua hace que, a su vez, no crezca la hierba y el alimento natural de los toros y vacas sea menor, por lo que tengan que tirar de recursos económicos y gastar más en pienso, ese que se ha encarecido de forma alarmante desde la invasión de Rusia a su vecina Ucrania. El granero de Europa, como así se le llama al país ucraniano, ha menguado su exportación de grano y cereales, algo que a elevado enormemente el coste de los piensos. 

El propio Javier Núñez avisó hace tiempo de este problema, e incluso este año ha tenido que adelantar la comida para los utreros casi en tres meses, un problema que se agrava y que parece no tener fin. «La ganadería de bravo vive hoy una situación de tormenta perfecta: COVID + Desplome de la Facturación + subidas del 30% de los piensos + sequía extrema + disminución ayudas PAC + incremento de los costes seguridad social + luz + Gasoil + abonos + gobierno antitaurino…«.

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