El pasado viernes 9 de diciembre el ganadero de Concha y Sierra, José María López, se disponía a coger una vaca que se había salido de la finca al otro lado de la orilla del río Tajo cuando sufrió un fatal accidente por el que perdió la visión en uno de sus ojos. Ahora, mes y medio más tarde, ha hablado por primera vez y narra cómo vivió aquellos dramáticos instantes.
Para poner en contexto, esta ganadería se sitúa entre Almoguera y Estremera (Guadalajara), donde pasa el río Tajo por en medio de la finca “El Maquilón”. La vaca se cayó al río y apareció al otro lado, por lo que los miembros de la ganadería -entre los que se encontraba López- se dispusieron a ir a cogerla. El ganadero disparó un dardo tranquilizante para dormirla y poder realizar la labor de rescate lo mejor posible. Para ello, echó una cuerda por encima de ella, pero para sorpresa de ellos aún no estaba dormida y al tensarla, la vaca se arrancó hacia José María; éste se cayó al suelo y al saltar por encima de él la vaca, desafortunadamente, le dañó el ojo con la pezuña.
«De aspecto estoy mejor ya, porque me operaron y estoy bien, pero la visión del ojo es irreversible»
José María López narra a este medio cómo se encuentra ahora mismo: «De aspecto estoy mejor ya, porque me operaron y estoy bien, pero la visión del ojo es irreversible. Es algo que si no me pasa a mí no me lo creo porque he toreado muchísimo, me han cogido un montón de veces y tengo 15 cornadas, lo que menos te puedes imaginar es que te den con una pezuña y te saquen un ojo. Me pegó con la pezuña en la nariz y resbaló hacia el lagrimal. Al ser una zona tan blanda pues me metió la pezuña dentro del ojo y me rompió un trozo del cráneo y la cavidad del ojo que da a la nariz». En el campo bravo pueden ocurrir miles de cosas imprevisibles y a este ganadero le tocó vivirlo en primera persona lamentablemente.
Ahora, está muy ilusionado con su apuesta ganadera y además está recibiendo mucho apoyo tanto de la gente como de matadores de toros que le están recomendando las mejores clínicas y sobre todo le están mandando mucho ánimo: «Fui a una clínica de Oviedo y me vio el Doctor Fernández Vega, que me lo recomendó Padilla para que me viera. Todas las partes del ojo están bien, pero el nervio óptico lo tengo desplazado y es lo único que no tiene solución. Estaba muy ilusionado con varias vacas que hemos tentado y los toros que salieron el año pasado y que me haya pasado esto… pero bueno, por ejemplo, Padilla y Paco Ureña me están ayudando mucho y tengo mucho apoyo de la gente también».
«Mi mujer fue la que me trasladó al hospital; ella lo ha pasado muy mal en mi proceso de recuperación»
El ganadero de Concha y Sierra pone en valor también todo el agradecimiento que tiene hacia sus ángeles de la guarda: «Gracias a mis dos amigos Juan, su padre José y mi mujer hoy estoy vivo. Ellos fueron los que estuvieron conmigo en ese momento y mi mujer fue la que me trasladó al hospital. Ella lo ha pasado muy mal en mi proceso de recuperación».
Ese sueño y esperanza por mantener Concha y Sierra vive en él y seguirá con ello hasta llegar a su objetivo y ojalá así sea. “Todo esfuerzo tiene su recompensa” y este apasionado ganadero de gran valor, paciencia, pasión y constancia, José María López, lo conseguirá.