Si hay un torero en el escalafón al que no se le ponga la cara colorá por diversos temas, ese es Jose Antonio Morante de la Puebla, uno de los últimos románticos del toreo en pleno siglo XXI. El torero de La Puebla del Río ha sacado la cara múltiples veces por el mundo del toro; una de ellas fue cuando en 2015 le hizo frente a un buen número de antitaurinos en Ronda cuando éstos protestaban por la corrida Goyesca. Ataviado con una camisa de flores, unas gafas de sol y comiendo pipas. estuvo atento a esa manifestación que congregó en el centro de la ciudad a algo menos de 100 personas.
«Yo soy torero y no soy un asesino«, señaló Morante tras escuchar atentamente el manifiesto leído por una representante del Colectivo Antitaurino de Málaga. El diestro, que paseaba por la zona, señaló en referencia a los manifestantes que «ellos viven de las subvenciones y este es su trabajo. Es un movimiento orquestado y les dan dinero para que protesten, salvo a alguno». El diestro sevillano acabó recalcando lo siguiente: «Comprendo que es difícil entender el toreo si no tienes las raíces de aquí», añadiendo que «el toro bravo nace para eso, tiene la oportunidad de vivir en un ambiente increíble, nunca conocido por otro animal».
Pero esta no ha sido la única vez que José Antonio quiso hacer un llamamiento en pro de la fiesta de los toros. Ya en 2017 se disfrazó de lince ibérico en un acto en la capital onubense. Fue en un acto junto a los más pequeños, los cuales querían ver a su ídolo, ese que siempre ha sido fiel a su cita con las ‘Fiestas Colombinas’ de Huelva. «Lo he hecho para que los niños se rían un rato. Pero lo cierto es que me siento como un lince, en peligro de extinción ante las amenazas a la Fiesta«, dijo el espada sevillano cuando se le cuestionó sobre su atuendo.
Con tan peculiar atuendo, Morante decoró una pancarta con el lema ‘Sí a los niños en los toros‘, que fue exhibida en la plaza de La Merced durante todos los festejos taurinos en dicha plaza en el año 2017. Un torero que también demostró sus dotes como pintor dibujándose a sí mismo. Un torero que consiguió el propósito que se marcaba, poner en el foco el maltrato que estaba sufriendo la fiesta de los toros por determinados políticos y estamentos.
Ahora, años después, José Antonio sigue echándose el petate de la fiesta a la espalda, cumpliendo con su palabra de estar allí donde se le necesite, apostando por hierros olvidados por el sistema, recuperando corridas especiales, abriéndose a carteles con toreros incipientes y modestos. Ahora que parece que pasó lo más difícil, Mortante decidió empezar la temporada con más calma, los más de 100 paseíllos de 2022 merecían un descanso.