En el término municipal castellonense de Borriol se encuentra la finca “Les Ermites”, un paraje algo agreste muy alejado de las típicas fincas ganaderas que podemos encontrar en Andalucía, Extremadura o el campo charro. Es un lugar en el que, pese a no ser el ideal para la cría del toro bravo, Daniel Ramos sí consiguió que el toro bravo se sintiera como en casa tras un periodo de adaptación. Su ganadero, por tanto, ha conseguido asentar este proyecto ganadero a base de trabajo e ilusión.
Ésta es una ganadería que tiene la dicha de ser la primera en la historia de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) en crearse en la Comunidad Valenciana, un hecho sin duda para sentirse orgulloso. Un proyecto que comenzó allá por 2009 cuando se compró el hierro de Don Jaime Brujó. Un paso en pos de introducirse de lleno en un mercado nada fácil, siendo esta una zona dedicada al festejo popular.
Nos citamos con Daniel Ramos en su coqueta finca levantina, un lugar que está perfectamente adaptado para dar cabida a una ganadería en franca proyección. Aquí hay ganado de varias líneas del encaste Domecq, ese por el que siempre apostó su ganadero y que con el tiempo le ha dado la razón. Los cercados andan con algo de hierba, la primavera ha irrumpido con fuerza incluso antes de lo debido. Ahora queda esperar que las lluvias vuelvan para hacer que el campo no se venga abajo.
Los inicios de la ganadería de Daniel Ramos
«Esta es una ganadería muy particular», nos comentaba en primer lugar. «Una vez que decidimos dar el paso y comprar un hierro de primera en 2009 entramos de lleno en la UCTL siendo la primera ganadería de la Unión en la Comunidad Valenciana. Nunca antes hubo un ganadero inscrito en esta región; sí hubo valencianos, como Fernando Peña o Ponce, pero no criándose aquí«, señala el ganadero.
Un proyecto ganadero que tiene varias líneas, ese que se nutre de varias tramas del encaste Domecq que le han dado la personalidad que buscaban esta divisa: «La ganadería se formó con 30 vacas y un semental de Martelilla. La segunda compra fueron 20 vacas y dos sementales de Daniel Ruiz, y luego adquirimos toda la ganadería que quedaba de Marqués de Domecq, que fueron 70 vacas con sus becerros y tres sementales: Evacuador, Lebrijano y Descalzo».
Poco a poco fueron seleccionando con exigencia los productos que iban naciendo en la finca, apretando en la medida de lo posible en los tentaderos a las vacas que iban a pasar o no el fielato para quedarse como futuras madres de la ganadería. En esta casa también se han aprobado distintos machos como sementales, algo que deja a las claras la buena simiente que habían adquirido con anterioridad.
«Tras las distintas compras llegamos al número vacas que queríamos, unas 130 hembras para empezar a trabajar. Hemos estado lidiando novilladas sin caballos durante estos años, aunque también hemos lidiado alguna con caballos y varias corridas de toros —Iniesta, Teruel, Minglanilla, Casarrubios del Monte…—. Y lo más importante fue que, en 2015, fecha donde tomamos antigüedad en la primera plaza del mundo«, expone.
Un ilusionante 2023
Un 2023 que se presenta ilusionante para su ganadero, ese que tendrá la oportunidad de ir con novilladas a plazas de gran relevancia en nuestra piel de toro: «Este año está todo colocado, una temporada donde lidiaremos en cosos tan relevantes como Alicante o Albacete, también tenemos una novillada reseñada para Promesas de Nuestra Tierra. Otro de los festejos que nos hace especial ilusión es el que lidiaremos en mayo en Valencia, será una sin caballos, pero para nosotros es algo especial».
Una ganadería que por la zona en ala que se encuentra no podía fallar a su cita con el festejo popular, ese que está tan arraigado en la zona y que también es de vital importancia para los ganaderos: «Algún toro irá a las calles, es un tipo de festejo que respetamos mucho y que son seña de identidad en nuestra Comunidad».
Un proyecto ganadero que se vio —en cierto modo— frenada su progresión con la llegada de la pandemia, dejando de lidiar en la plaza aquello que tenían apalabrado. Pero esta noticia tan negativa para el sector no frenó un proyecto que vio aumentado su hato de vacas con una nueva adquisición: «En la pandemia, compramos 40 vacas de Fuente Ymbro, y contamos con la cesión de varios sementales durante estos años, que hay que devolverlos en breve».
Una ganadería que no baja el listón, de ahí que los tentaderos estén siendo muy exigentes para no dar un paso atrás en el futuro: «A puerta cerrada estamos tentando para sementales los machos que nacieron en la pandemia, es decir, estamos probando en casa esos animales que vinieron en la última compra ya en el vientre de su madre«, sin duda una forma de ver esos productos y ver si siguen esa línea que se buscaba en la ganadería.
«Yo no concebiría la vida sin el toro bravo y sin los caballos. Vivimos en la finca todo el año, y esta ganadería aporta mucha unidad familiar«, acabó comentando Daniel Ramos para poner el broche a una entrevista donde se ha buscado bucear en esta divisa valenciana que está dando pasos de gigante para seguir sumando adeptos entre los aficionados y los profesionales del mundo del toro.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS