La ganadería de Aurelio Hernando es uno de los últimos reductos que quedan del encaste Veragua en nuestra piel de toro. Se trata de una vacada con una gran personalidad que pasta en la sierra madrileña y un lugar perfecto para la cría del toro bravo. Se trata de un hierro muy particular, tanto por sus capas como por sus hechuras. En sus cercados podemos disfrutar de la seriedad, la finura de cabos y las buenas hechuras de las vacas madres y de los toros y novillos de saca que están preparados para regar de bravura 2023.
Un ganadero que sigue apostando por un tipo de animal único, un toro fiel a su sentir como ganadero, ese que con los años consiguió amoldar a su concepto. Aurelio conoce a la perfección aquello que tiene en la mano, sabe que no se puede permitir tirar la toalla cuando la cuesta se empine y cueste un mundo subirla. Su amor por el toro va más allá de ser reconocido como ganadero, él es un protector de una raza en peligro de extinción.
Aurelio Hernando: «Para el año que viene tengo 11 toros y 36 novillos»
2022 ha sido un rayo de esperanza dentro de la oscuridad pese a los problemas que han tenido los hombres de campo para dar salida a su ganado. Por todo ello queríamos hablar con este singular ganadero, un hombre que vive por y para los Veraguas que pastan por sus dominios. «Para el año que viene tengo 11 toros y 36 novillos, creo que es un número idóneo para enfocar un 2023 en el que tengo puesto muchas ilusiones por la camada que viene de los guarismos 8 y 9».
Los veedores se están adelantando respecto a otros años, por los cercados de Aurelio ya han pasado empresas importantes, pero aún no hay nada cerrado: «Este año todo está yendo más deprisa, los veedores han venido a casa para reseñar animales. De momento hay cinco novilladas con caballos y una corrida de toros cerrada para Teruel, para lidiar a caballo en la Feria del Ángel».
Una camada donde sobresalen los utreros respecto a los toros, sin duda un mercado que para Aurelio tiene menos competencia y en el que su producto puede tener una salida más fácil: «Opto por las novilladas más que por corridas de toros porque mercado aún no tenemos para salir con cinco o seis corridas de toros. Es mejor ir despacio para irse haciendo hueco en las Ferias, y aquí en la Sierra, que es donde nos manejamos, no se dan corridas de toros, sino novilladas. Y en las Ferias no podemos competir con hierros de primer orden».
Un ganadero con las ideas muy claras, sabe cómo está el mercado y donde, por el momento, es mejor estar: «Si a un empresario o a un pueblo le ofreces un ganado u otro, se van a ir a lo que tiene nombre. Nosotros aún no estamos situados para lidiar tantas corridas de toros, y que luego la demanda te lo pida, porque ahora mismo el toro de encaste peculiar no está demandado».
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
