Miriam Martín es la tercera generación de la ganadería de Victorino Martín, una de las divisas más importantes del campo bravo. En ésta, desde hace un tiempo se vienen desarrollando trabajos para potenciar la ganadería y la agricultura de la zona, encontrándose esta a caballo entre agroturismo y ecoturismo, modalidades muy desconocidas en España que aportan un beneficio económico tanto a ganaderos como agricultores. Con todo esto buscan involucrar a los visitantes que vienen a ver su ganadería en las actividades que hacen, creando una concienciación de cómo viven los animales de la casa y cuál es su actividad diaria.
Un 6 de marzo de 1929 nace Victorino Martín Andrés, el cual queda huérfano a los siete años de edad tras el fusilamiento de su padre en Paracuellos del Jarama durante la guerra civil. Desde muy pequeño se tiene que dedicar a la ganadería al poseer su familia vacas lecheras, llevando la misma con la ayuda de sus hermanos. Por otro lado, el estanco que poseían en el pueblo es gestionado por sus hermanas, por lo tanto, desde muy pequeño, él y sus hermanos tienen que dedicarse a llevar directamente las masas y las lecheras.
El 1965 entre él y sus hermanos terminan de comprar la ganadería de Albaserrada, vacada que iba para el matadero, salvándola de un triste final e intentando volver a llevarla al sitio que siempre ocupó. Una historia que no fue fácil por varios motivos, esos que cuenta Miriam Martín a los miembros de la Escuela de Hostelería y Agroturismo de Extremadura: «En 1968, mi abuelo es cogido por un toro, pegándole este nueve jornadas en el campo, de las cuales una le atraviesa el pulmón, el riñón y otra casi el corazón, dándole casi por muerto», señalaba Martín.
Eran momentos difíciles, hasta tal punto que Victorino vio muy cerca tirar la toalla por las dificultades económicas por la que pasaba la ganadería. Afortunadamente no fue así. «Mi abuelo empieza a arruinarse y un amigo de la familia decide hablar con la plaza de toros de Madrid. Tras lidiar en plazas de 2.ª y 3.ª era el momento de dar el paso. Madrid fue vital para salir del pozo, y gracias a ello empezamos a ganarnos un nombre. Somos un caso de éxito, nuestros toros son de los más bravos lidiados actualmente, siendo reconocidos como una de las mejores ganaderías de lidia en España».
Con la ganadería ya asentada en las ferias y gracias al impulso que le dio Madrid, Victorino Martín García, segunda generación de la casa —el cual ha trabajado siempre codo con codo con su padre— decide emprender y recibir turistas en la ganadería. Un proyecto que quería captar tanto a gente taurina como personas que no les interesa la tauromaquia, un tipo de visitante que deseaba ver cómo vive el toro de lidia en el campo. «Actualmente, tenemos una media de 9000 visitantes anuales, una cifra muy a tener en cuenta, más si cabe con implementación de este tipo de visitas en otras ganaderías de la zona y del resto de España«, relataba la hija del actual ganadero.
Sin duda, esta es una ganadería que —como muchas otras— ha sabido sobreponerse a los vaivenes de la vida y conseguir ese objetivo que se habían marcado tiempo atrás. El no desfallecer ha sido clave para poner en lo más alto un proyecto ganadero que tuvo sus cimas ganaderas con los indultos de ‘Velador’ en Madrid durante su corrida de la prensa del año 82 y ‘Cobradiezmos’ en plena Feria de Abril de Sevilla del 2016. Dos toros que tuvieron delante a espadas de la talla de José Ortega Cano y Manuel Escribano, esos que pasaron a la historia por ser también protagonistas de sendos indultos.